Los dolores de cabeza de Juan Manuel Santos

El mandatario de Colombia afronta una increíble baja en la popularidad y se apoya sobre el proceso de paz con las FARC para ganar el apoyo de la ciudadanía. El extenso paro agrario, aún sin resolver, es otro de los grandes desafíos que enfrenta

AP 163

La imagen del presidente colombiano Juan Manuel Santos registró una impresionante baja en los últimos tres meses: según una encuesta de Gallup, mientras que en junio de 2013 su popularidad rondaba el 46%, en septiembre disminuyó al 21%. Esta caída de 25 puntos representa un retroceso del 54%.

Esta situación se ha visto impulsada por el conflicto con el sector campesino, algo que se ha convertido en el mayor dolor de cabeza para el mandatario en las últimas semanas. Tras una primera huelga con el sector cafetero, resuelta con subsidios, en marzo de 2013, los conflictos con los mineros y los campesinos del Catatumbo, Santos se enfrenta ahora con un campesinado organizado y firme en sus reclamos.

El paro agrario, que ya lleva 20 días sin solución, ha devenido en una crisis política. La confianza de la ciudadanía sobre la capacidad del presidente para que la situación mejore es casi nula, ya que el 82% considera que las cosas van a empeorar, de acuerdo con Gallup.

Por otro lado, condujo a que los funcionarios del Gobierno, incluidos los ministros, presentaran la renuncia protocolaria para que el presidente pudiera inyectar de sangre nueva a su gestión e intentar "renovarse". Finalmente, Santos decidió cambiar a cinco de sus 16 ministros: Interior, Justicia, Agricultura, Minas y Energía, y Medio Ambiente.

Ante este escenario, Santos ha decidido apoyarse en los diálogos de paz con las FARC en La Habana. Este domingo, trascendió que el mandatario pediría ante la Asamblea General de la ONU, que se realizará a fines de septiembre, que la Corte Penal Internacional no interfiera en su intento de llegar a un acuerdo con la guerrilla.

De acuerdo con el periódico El Tiempo, el objetivo del presidente colombiano es que se "respete la soberanía jurídica" y, de esa manera, su país pueda definir los mecanismos de investigación y juzgamiento. Es decir, "blindar" los acuerdos a los que llegue con las FARC de la intervención de la Corte internacional.

La importancia de lograr el fin del conflicto armado, que azota al país desde hace 50 años, es el capital político que le dejará a Santos. El mandatario tiene previsto anunciar en noviembre su postulación a la reelección, y alcanzar una meta tan deseada por la sociedad le servirá para superar la crisis de su gobierno y mantenerse en el poder.

No obstante, semanas atrás anunció un proyecto para que los acuerdos alcanzados por las FARC sean refrendados en el marco de las elecciones presidenciales de 2014 o las legislativas de 2016, lo que generó el malestar de la guerrilla e hizo tambalear la buena salud de las negociaciones.

Las conversaciones con las FARC se han vuelto hostiles en los últimos días y el miedo a un nuevo fracaso es otro gran problema que rodea a Santos.

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