Venezuela, acosada por una política que la dejó sin papel

Las insólitas trabas a las importaciones amenazan la libertad de expresión por las dificultades para imprimir diarios y libros, y la higiene por la ausencia de toilet

EFE 163

La crisis que atraviesan las librerías es cada vez más preocupante. El primer efecto del cierre de las importaciones para el sector fue la imposibilidad de traer libros de afuera, algo insólito si se piensa que no se trata de algo que afecte la industria nacional, pero que es un bien esencial, como la cultura.

La excusa era que esas ediciones podían hacerse en el país, lo cual es difícil porque en muchos casos el mercado local no llega a ser lo suficientemente importante como para justificar la inversión.

Pero aun suponiendo que hubiera editoriales dispuestas, ya no hay nada que hacer porque a href="http://www.infobae.com/2013/09/06/1507021-la-sip-exige-venezuela-que-autorice-importar-papel-periodico" rel="noopener noreferrer" ni siquiera se permite el ingreso al país del papel/a y la tinta necesarios. En este escenario, no sólo se hace casi imposible publicar nuevas ediciones, sino que los libros se vuelven un producto cada vez más elitista, ya que su precio no para de subir.

Según estadísticas oficiales, en 2013 se producirá el hecho inédito de que la producción de libros descienda entre un 20% y un 30% con respecto a 2012.

"Durante 5 meses esperamos por el papel. Como un golpe de suerte, pudimos hacer los primeros libros de este año. Calculo que hemos reducido más o menos 35% la producción", cuenta Bernardo Infante, director de la editorial Bid & Co, en diálogo con El Nacional.

Lo que constituye una crisis desde el punto de vista cultural, se replica desde el aspecto higiénico, ya que la imposibilidad de obtener divisas y, por ende, de importar bienes e insumos para la producción, alcanzó también al papel toilet.

A principios de año la situación era muy grave y el producto faltaba en la mayor parte de los comercios del país. Hasta que el gobierno de Nicolás Maduro hizo traer de otros países barcos con un cargamento de 50 millones de rollos, lo que calmó la crisis por unos meses.

Pero desde mediados de agosto, con el agotamiento de ese stock, la escasez comenzó a hacerse sentir nuevamente. Según informan muchas tiendas, desde hace dos semanas los distribuidores dejaron de hacer entregas.

Así como en los libros al problema de la falta de papel se le suma la ausencia de tinta, en el caso del papel higiénico, el otro insumo que tampoco está ingresando al país es el pegamento. La causa es la misma de siempre: el Gobierno le niega a los productores las divisas necesarias para traerlo.

Obviamente, esto también redunda en un

, lo que agrava aún más

que sufren los venezolanos desde hace varios años.