Por parto humanizado se entiende todo aquel que respete los derechos de la paciente al momento de la llegada de su hijo al mundo. Y todo es que ella decida desde quién la acompañe durante el proceso, pasando por qué posición parir, hasta si quiere o no recibir anestesia.
"Quiero que mi marido me ayude en el trabajo de parto", "me gustaría dar a luz con música", "quiero intentar un parto natural aunque haya tenido una cesárea", son algunas de las frases que identifican a las mujeres que buscan un parto humanizado. Esta modalidad de parto, que ya tiene varias décadas, es cada vez más frecuente en la Argentina, donde algunos hospitales la ofrecen y ya existen profesionales y centros de salud especializados.
¿Las causas? Entre las razones más importantes se destacan el trato despersonalizado que propone el sistema de salud, el acompañamiento invasivo del equipo médico, que muchas veces apura los tiempos del trabajo de parto y el exceso de intervenciones por cesárea.
Infobae consultó al doctor Diego Halle (MN 85845), obstetra y director de Comparto, quien explicó que "muchas veces se pueden cumplir las 'pautas' del parto humanizado y de todos modos generar un desamparo al no darle protagonismo a la madre" y destacó que "se trata de que la mujer pueda elegir a qué ritmo quiere ella hacer todo, en qué momento caminar, cuándo quiere que la revisen y cuándo no, si quiere anestesia, etc; siempre la decisión médica la tiene el profesional, pero si va todo bien ella puede decidir ciertas cosas, si no, se le hace perder poder, confianza en ese momento".
"Es clave que la mujer pueda 'escuchar' su cuerpo, sus necesidades", resaltó.
Todo lo que la saque de su foco de atención le resta, todo lo que no le guste, la haga dudar va en contra de su trabajo de parto", agregó el especialista, para quien entre las principales falencias del sistema de salud en este aspecto es que "el volumen de partos que maneja cada médico hace que sea difícil tener vínculo con cada paciente".
"Y por otro lado, no nos enseñaron a los médicos (ni a las parteras) a acompañar ese momento, estamos 'entrenados' para llegar a resultado y no para mirar otras necesidades, nos cuesta ponernos en el lugar del otro", se sinceró.
Así parece, una de las causas de esta tendencia que crece es el escaso tiempo que los médicos dedican a escuchar a sus pacientes.
"El parto humanizado no sólo implica respetar los derechos de la mujer sino que además requiere de la sensibilidad y empatía del equipo médico para interpretar y dar respuesta a las necesidades y miedos de cada pareja", sintetizó Halle.
Y contó: "Hace más de ocho años que comencé a especializarme en partos humanizados. Mi búsqueda comenzó luego de haber trabajado en el sistema tradicional y entender que éste resulta sumamente invasivo para las necesidades de los padres en un momento tan especial. Es muy difícil hacer obstetricia sin vínculos".
En qué casos se recomienda una cesárea
Si bien Halle reconoció que en la actualidad "hay más indicaciones de cesárea que antes porque hay elementos de diagnóstico que no existían", aseguró que "a pesar de eso sigue habiendo más de las necesarias".
Es que -en palabras del especialista- "la paciente muchas veces pierde confianza y aparecen fantasmas y fantasías que generan que quiera sacarse rápido el tema de encima. Y a veces el médico acompaña eso porque resolver con cesárea acorta tiempos a todos; es fácil que la paciente te pida cesárea, está muy vulnerable en ese momento".
Y pese a lo que se cree, Halle explicó que la decisión de terminar en una cesárea "no es porque se gane más plata, sino que tiene que ver con una comodidad y ahorro de tiempo".
Así es que también la alta tasa de cesáreas influye a la hora de elegir un parto distinto. Según estadísticas del Ministerio de Salud, en el sector privado el 50% de los bebés nacen por cesárea, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que esa tasa no supere el 17 por ciento.
"Además de contención, calidez humana, intimidad y la libertad para elegir, muchas mujeres buscan escaparle al exceso de cesárea. Este enfoque aumenta las posibilidades de tener un parto natural. En Comparto tenemos un promedio anual de partos por cesárea del 16%, que está dentro de las recomendaciones de la OMS y lejos del 50% de los centros privados de la Argentina. Además tuvimos muchos partos naturales de mujeres con una cesárea anterior", afirmó Halle.
Los riesgos del parto en casa
Hasta no hace muchos años los nacimientos se producían en los hogares donde las madres y los niños recién nacidos estaban rodeados del afecto y contención de sus familias. Este entorno ideal tenía como contrapartida que, si se producía alguna emergencia o complicación, era muy difícil o imposible de resolver, por lo que –en ocasiones– las madres o los niños fallecían o enfermaban gravemente en el parto o unos días después.
Por ese motivo, explicaron a Infobae referentes de Unicef, "los partos comenzaron a realizarse en instituciones de salud (hospitales, clínicas, etc.) para darle mayor seguridad a los nacimientos y -en especial- para poder resolver las situaciones complicadas de aquellos que presentasen algún riesgo que no siempre es posible anticipar".
Este tránsito hacia el parto institucional se asoció a una mayor medicalización y una disminución de la participación familiar en un hecho que es, primordialmente, un acontecimiento familiar.
"Desde hace varios años se trabaja intensamente desde distintos sectores vinculados a la salud materno-infantil para lograr el equilibrio entre lo necesariamente médico y lo eminentemente familiar", aseguraron las fuentes del organismo internacional, y destacaron que "este esfuerzo se traduce en lograr que los lugares donde se producen nacimientos sean maternidades seguras y centradas en la familia".
Así, para que las maternidades respondan a la naturaleza familiar del proceso de nacimiento, "se promueve la participación de los familiares en el preparto y parto". También se fomenta la construcción de edificios con comodidades que permitan esas prácticas y puedan albergar a otros miembros de la familia que acompañen y sostengan a la madre en esos momentos trascendentes.
Para garantizar la seguridad, estas maternidades deben contar con quirófano y anestesia para poder realizar alguna operación (como por ejemplo una cesárea), disponer de sangre para transfusiones, de personal entrenado y equipamiento para atender las emergencias en las madres y en los recién nacidos y, finalmente, con ambulancias equipadas y con personal adecuado para poder trasladar a la madre y/o al recién nacido a un nivel de mayor complejidad si esto fuera necesario, ya que estos requisitos mínimos no son suficientes si se anticipa o ya se produjo el nacimiento de un niño prematuro.
En la misma línea se expresó Halle, quien consideró que el parto humanizado es un concepto que -según su criterio- "se debe aplicar a las instituciones médicas".
"El parto domiciliario me parece que está bien, pero no estamos educados los médicos para atender partos en el domicilio y creo que, en mi caso, ante la duda iría al quirófano porque sé que no tengo tanto margen de tiempo", destacó el especialista, para quien, "si bien la posibilidad de que algo salga mal es baja, en un sanatorio se resuelve más rápido y en la casa el apuro puede llegar a hacer que se pierda la 'magia' del momento de todos modos".
"Para evitar riesgos, yo no juego con ese mínimo porcentaje", resumió Halle y finalizó: "Hay que adaptar el sanatorio para que la mujer se sienta como en su casa".
Con peso de ley
En la Argentina, la Ley Nacional 25.929, de parto humanizado, es la garantía legal que protege los derechos de la mujer embarazada, su familia y su hijo por nacer y engloba a los derechos 1 y 2. Esta ley fue implementada en 2004 y es cubre ampliamente los diferentes momentos del embarazo, parto y nacimiento. El artículo 2 describe los derechos de la mujer en relación al embarazo, parto y post parto e incluye el concepto de un control del embarazo adecuado:
Artículo 2. Toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, tiene los siguientes derechos:
A. A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas.
B. A ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales.
C. A ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.
D. Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer.
E. A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.
F. A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación, salvo consentimiento manifestado por escrito bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
G. A estar acompañada, por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y postparto.
H. A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
I. A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.
J. A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña.
K. A ser informada específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el niño o niña y ella misma.
Además, en el artículo 3 de dicha ley se enuncian también los derechos del recién nacido:
Artículo 3. Toda persona recién nacida tiene derecho:
A. A ser tratada en forma respetuosa y digna.
B. A su inequívoca identificación.
C. A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia, salvo consentimiento, manifestado por escrito de sus representantes legales, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
D. A la internación conjunta con su madre en sala, y a que la misma sea lo más breve posible, teniendo en consideración su estado de salud y el de aquélla.
E. A que sus padres reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.
En el artículo 6 la ley especifica que "el incumplimiento de las obligaciones emergentes de la presente ley, por parte de las obras sociales y entidades de medicina prepaga, como así también el incumplimiento por parte de los profesionales de la salud y sus colaboradores y de las instituciones en que éstos presten servicios, será considerado falta grave a los fines sancionatorios, sin perjuicio de la responsabilidad civil o penal que pudiere corresponder".
Por último, en el artículo 4 describe los derechos de los padres de recién nacidos en situaciones de riesgo haciendo hincapié en el derecho a la información.
El marco legal existente abarca todas las dimensiones manifestadas por los equipos de salud y por los familiares sobre la adecuación del sitio donde debe nacer un niño prematuro, por lo tanto, es el Estado, entonces, el que debe garantizar el cumplimiento de las leyes existentes.