Por el contrario, el informe de Libertad Económica, destaca en su presentación correspondiente a 2013 que "una vez más, se observa que los países con altos niveles de libertad económica superan sustancialmente a otros en: crecimiento económico, ingresos por habitante, sistema de salud, educación, protección del medio ambiente, reducción de la pobreza y bienestar en general.
Esas características son las que predominan en los países que Cristina Kirchner eligió para comparar a la Argentina, habida cuenta que califican con 8,26 puntos Australia y 7,94 Canadá sobre un óptimo de 10, en tanto para la Argentina le asigna 4,67 puntos.
Semejante brecha es más amplia cuando se observa la posición que ocupan esos países en materia de libertades económicas, respecto de los derechos de propiedad, marco de negocios, gobernabilidad, régimen laboral, hechos de corrupción, entre otros, los puestos 3 y 6, mientras que por el contrario nuestro país desciende al puesto 160, muy cerca de Ecuador 159, Venezuela 174 y Cuba 176 lugar, sobre un listado de poco más de 200 naciones analizadas.
La Presidente de la Nación abundó en más datos para explicar por qué sus asesores le aseguran que la Argentina ofrece hoy más fortalezas que las dos economías desarrolladas que están en el extremo Norte y Este de la Argentina, en particular en materia de las cuentas con el resto del mundo y también en solvencia fiscal.
Sin embargo, ayer el Banco Central en su balance cambiario del segundo trimestre dio cuenta de que en los primeros seis meses del año perdió el superávit de la cuenta corriente con el resto del mundo. De un excedente de más de u$s7.600 millones, pasó a un desequilibrio de casi u$s2.300 millones , un año después.
Una historia repetida
Eso amenaza el ingreso a una nueva crisis de balanza de pagos en perspectiva, advierten algunos economists, como Claudio Loser, sino se corrige el rumbo de la política económica, porque ese rojo de la cuenta corriente cambiaria es consistente con la apreciable pérdida de reservas del Banco Central, porque no puede ser neutralizada con ingresos de capitales, pese a que estuvo atenuada en los últimos meses por el repunte de la cotización del oro, dado que representan más de 7% de la posición en divisas y metales preciosos.
Desaliento a la inversión productiva de largo plazo
Además, la autoridad monetaria dio cuenta también que el ingreso de divisas por vía de la inversión extranjera directa se redujo de u$s2.300 millones en los primeros seis meses de 2012 a menos de u$s1.300 millones, con el consecuente impacto negativo sobre la generación de empleos privados.
El fenómeno responde a las restricciones, por no decir virtual prohibición al pago de dividendos a accionistas de empresas extranjeras radicadas en el país que residen en el resto del mundo. Entre enero y junio sumaron apenas u$s536 millones, cuando antes del cepo superaban para ese período los u$s2.000 millones.