Los históricos adoquines de las calles porteñas, que por una decisión del gobierno de Mauricio Macri ya no forman parte de la estética natural de miles de arterias de la Ciudad, se venden a $20 la unidad en distintos galpones. También pueden conseguirse por internet, en los habituales sitios de subastas.
Así, decorar un jardín con el patrimonio de todos los habitantes de la Ciudad está al alcance de cualquiera; basta con encontrar los lugares en donde se venden los adoquines o ingresar a la red de redes y empezar a ofertar.
Según un informe del diario La Nación, en el barrio de Belgrano hay un depósito donde los mismos empleados que remueven los adoquines se encargan de su comercialización. También es fácil hacerse de ellos en Villa Soldati, cerca del predio en donde la Ciudad "resguarda" el material con una vigilancia mínima.
A veces no hace falta buscar mucho. Por ejemplo, el pasado jueves 15, a las 12:50, se pudo ver en la esquina de Montañeses y Monroe a dos obreros guardar algunos adoquines de una obra en un automóvil gris. La transacción se cerró por 100 pesos. "Vení cuando quieras, vamos a estar unos días más acá", dijo uno de los hombres que vestía de mameluco verde. A pocos metros se terminaba de dorar el asado con el que celebrarían la llegada del mediodía.
En Arribeños y Roosevelt, otra obra pública y otro negocio con los adoquines. En este caso, uno de los encargados no quiso "ensuciar" a sus empleados y tomó el trabajo por su propia cuenta. "Arrimá el auto al cordón y te llevás 20 o 30; no más para que no se arme lío", historia similar a la de Vilela y Ciudad de la Paz y a las de cientos de esquinas en donde la venta del patrimonio de la Ciudad se convirtió en una fuente de ingreso para algunos vivos.
Los adoquines del barrio de San Telmo están protegidos porque el barrio fue declarado como Área de Protección Histórica, pero no ocurre lo mismo con otros barrios de la Ciudad, como en Palermo, donde semanas atrás fue la Justicia la que tuvo que frenar el asfaltado de una avenida.