Silvio Berlusconi, condenado a 4 años de prisión

La Corte de Casación italiana confirmó la sentencia de primera instancia, pero "redefinió" la inhabilitación para cargos públicos. Por su edad, el ex premier no irá preso. "Esta condena no tiene base alguna", dijo el ex premier

AP 163

La Corte de Casación italiana confirmó este jueves la condena a cuatro años de cárcel al ex primer ministro Silvio Berlusconi por fraude fiscal en la adquisición de derechos televisivos para el imperio audiovisual Mediaset.

No obstante, "redefinió" la inhabilitación a ejercer cargos públicos que pesaba sobre el magnate, de 76 años, y dispuso que la Corte de Apelación de Milán vuelva a calcular la pena de 5 años fijada meses atrás.

"Esta condena no tiene base alguna y me privará de mi libertad y de mis derechos políticos", manifestó Berlusconi. "Nosotros debemos continuar combatiendo, haciendo política, para realizar todas las reformas necesarias, en el primer plano de las cuales está la justicia", agregó.

Sin embargo, esta decisión le da un respiro a Berlusconi y a la coalición de Gobierno italiana, ante las consecuencias que podría haber tenido la salida inmediata de la vida pública del líder de uno de los partidos que la apoya.

Esta sentencia acoge en parte la solicitud del fiscal general del Supremo, Antonio Mura, quien el pasado martes, en la primera vista del juicio, había pedido que se confirmara la condena a Berlusconi por fraude fiscal, aunque con una rebaja en la inhabilitación.

Mura justificó esta rebaja alegando que es lo que marca la ley y que el Tribunal de Apelación de Milán no explicó por qué amplió el plazo a cinco años de inhabilitación.

El ex primer ministro, actual senador y cuyos abogados pidieron la absolución plena,verá reducida su pena de cárcel de cuatro a un año en base a la ley de indultos de 2006 y puede cumplir esta condena en arresto domiciliario o bajo tutela de los servicios sociales, puesto que supera los 70 años de edad.

El caso juzga la compraventa de derechos de transmisión de películas estadounidenses por valor de 470 millones de euros por parte de Mediaset -el grupo audiovisual de Berlusconi- entre 1994 y 1999 con un supuesto aumento artificial del precio de los derechos para evadir dinero al fisco y desviarlo a cuentas en el extranjero.