Nuevo dueño y una fuerte inversión para reactivar a la ex papelera Massuh

La empresa Papelera del NOA tomó ayer posesión de la planta de Quilmes, luego de ofertar U$S4.3 millones en un remate. Bajo el nombre de Papel Pampa, prevé desembolsar $25 millones en tres años

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Luego de una quiebra presentada en 2010 que aún investiga la Justicia, y que dejó a cientos de obreros en la calle, la ex papelera Massuh volverá a funcionar, ya que la empresa argentina Papelera del NOA tomó posesión ayer como nuevo dueño de la planta industrial del partido bonaerense de Quilmes.

La flamante compañía, que se denominará "Papel Pampa", tendrá como principales accionistas a Papelera del NOA y al fondo español MW Gestora.

La firma Papelera del NOA, cuyo titular es Juan Adrogué, empresario que opera también el centro de esquí del Cerro Chapelco, resultó ganadora el 16 de junio pasado, con una oferta de 4,3 millones de dólares, del remate público realizado por el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N° 13.

Los flamantes dueños ya anunciaron una inversión de 25 millones de pesos en los próximos tres años para retomar el proceso productivo de la planta instalada en el partido bonaerense de Quilmes.

Al comunicar la toma de posesión, el grupo adjudicatario destacó su experiencia en la industria papelera desde que en 2001 adquirió los activos de la ex Celulosa Jujuy a través de Papelera del NOA, que en 12 años llevó a cabo la reconversión de la planta.

Hoy, la empresa produce más de 70.000 toneladas de papel y 60 millones de metros cuadrados de cartón corrugado en tres unidades fabriles ubicadas en las provincias de Jujuy y Buenos Aires.

"La reactivación de la planta en Quilmes posibilitará incrementar la sustitución de importaciones, ya que Argentina es deficitaria en el mercado del papel marrón", destacaron en un comunicado las autoridades de Papel Pampa.

En su apogeo, la ex Massuh llegó a tener casi mil trabajadores y a fabricar mensualmente casi 4 mil toneladas de papel en su planta quilmeña. Sin embargo, por razones no muy claras y que aún la Justicia investiga, su destino fue la quiebra, proceso que llegó en 2010 y luego de 12 años de mantener un extenso concurso preventivo de acreedores.

De hecho, el dueño de entonces, Héctor Massuh, en 2008 había dejado de abonar sus sueldos a los obreros. Inclusive, en 2009, el gobierno inició un plan de salvataje, intervino la papelera bajo la figura de un alquiler, creó un fideicomiso y designó a Guillermo Moreno como director ejecutivo