"La industria del auto hoy es una isla de felicidad"

El director General de Peugeot, Gabriel Cordo Miranda, dialogó con Infobae sobre el boom de ventas que empuja la actividad. Aseguró que la empresa siempre busca exportar más, pero explicó por qué no siempre se puede

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Gentileza Peugeot 162
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Son muchos los que apuestan sus fichas a que el 2013 será un buen año para el sector automotor. Más allá de que se proyecta un año récord en ventas, los números que ya aparecen en la economía no mienten. La industria se expandió un 1,1% en los primeros cinco meses del año y repuntó un 5% en mayo, impulsada sobre todo por los autos.

"La industria automotriz hoy va a contramano de varios sectores. Si Brasil acompaña, los niveles de producción y exportación también van a ser buenos", aseguró Gabriel Cordo Miranda, director General de Peugeot Argentina, en el marco de la presentación del nuevo Peugeot 208 en la ciudad uruguaya de Montevideo.

Las versiones del nuevo modelo –que arrancan desde los $105.000 hasta los $133.000- serán importadas desde Brasil, con el objetivo de vender 30.000 unidades durante el año. Si bien Cordo Miranda dijo que hoy no tienen grandes problemas con las trabas a las importaciones, consideró que "son factores de riesgo" y la empresa siempre busca "exportar más para equilibrar la balanza".

En diálogo con Infobae, el director General de Peugeot aseguró que el aumento en la compra de autos se relaciona más con la restricción a la compra de dólares que a la inflación, pero que "nadie sabe qué porcentaje de las ventas hoy explican esta motivación".

- El Gobierno busca que las empresas exporten para importar. ¿Cuáles son las problemáticas de fondo en buscar un equilibrio de la balanza?

A veces hay que equipar los autos fabricados en el país con algún componente o equipamiento que no está disponible para comprarlo localmente, no existe el proveedor con esa tecnología o no parece rentable que alguien lo desarrolle, por un tema de inversión o de escala. No podés resignarte a no tener el componente porque el auto es como es, y la red de proveedores es una limitación para tender al equilibrio.

-Hoy Brasil es su principal destino de exportaciones…

Sí, de lo que fabricamos se exporta la mitad, y de esa mitad, el 90% va a Brasil. Estamos hablando de 70.000 unidades de las dos marcas, Peugeot y Citroën. Exportar mucho o poco depende de las capacidades comerciales de que la marca penetre bien y que los clientes brasileños la acepten, que compren muchos autos y que eso genere un flujo de exportación. No es una cuestión de querer o no querer, eso ocurre o no.

-¿Brasil está teniendo buena reacción?

No tanto como en Argentina. Hay una disparidad en el caso de Peugeot entre la situación comercial en Argentina, que es muy buena, y la de Brasil que no es tan buena.

-¿A qué lo atribuye?

Hay muchos factores, pero el más evidente es la historia de marca entre un lugar y otro. Peugeot tiene una década de historia en Brasil, y acá tiene más de medio siglo. La marca está muy instalada y arraigada.

-¿Se podría fabricar el 208 en Argentina?

No creo que se produzca en el país porque se prioriza la escala y así el costo unitario tiende a bajar. La fábrica de El Palomar se seguirá especializando en autos medianos.

-Entonces van a importar más con este nuevo auto…

Sí, la situación cambia mucho con el 208. Vamos a vender 100.000 autos sólo de la marca Peugeot en 2013, y de esos 100.000, unos 70.000 serían fabricados en Argentina y unos 30.000 importados. El ratio es 70/30 y sin el 208 el ratio local era de 85/15. El cambio se da más que nada por el volumen.

-¿Tuvieron alguna advertencia desde el Gobierno por este aumento en las importaciones?

Entendemos que no. En la planta de El Palomar se fabrica el 207, 308, el 408 el C4 de Citroën, las furgonetas de Peugeot y Citroën, no es común que una planta tenga tanta variedad de modelos. Es más común que una planta fabrique pocos modelos para tener mucha escala porque la diversidad no es amiga de la eficiencia industrial. La historia de PSA por apostar industrialmente en la Argentina es indiscutible.

-A nivel sectorial, ¿se sienten la isla de la felicidad de la industria?

Sí, sin duda la industria automotriz hoy es una isla de felicidad, porque algunos datos recientes de evolución de consumo o de producción muestran que vamos a contramano de varios otros sectores. Se está creciendo y entiendo que este año se va a batir otro récord histórico de ventas. Si Brasil acompaña, los niveles de producción y de exportación también van a ser buenos. La verdad es que sí, me siento en una isla.

-El boom de los autos también se atribuye a un contexto económico con alta inflación y un tipo de cambio conveniente. ¿Cómo conviven con ese panorama?

No hacemos valoraciones del tema inflación porque hay que ponerse a discutir qué canasta de bienes estás midiendo. El Indec mide una determinada canasta de bienes, pero no sé si a nosotros como comercializadores de autos nos importa.

-¿Pero cree que al cliente no le importa esa canasta de precios?

Sí, pero el que va a comprar un auto no creo que esté mirando esa canasta; me salgo del componente inflacionario. Creo que los argentinos hoy tienen excedentes en pesos y el auto aparece como un bien durable que está mucho más a mano que un departamento, con alternativas de financiación difícil de encontrar en el mercado inmobiliario. Y la gente aprendió que el coche usado acompaña en precios nominales la evolución de los cero kilómetro. Eso es lo que está ocurriendo, y tiene que ver mucho más con las restricciones al acceso a moneda extranjera que con a la inflación. Pero hoy nadie sabe qué porcentaje de las ventas explica esa motivación.

-Por último, ¿concuerda con el reclamo de mayor competitividad que pide el sector?

Yo no lo llamaría reclamo, me parecen observaciones. Estoy de acuerdo en que la competitividad es clave si existe una industria como la automotriz que pretende exportar mucho. Hay que hablar de competitividad, no puede ser una mala palabra.