"La línea editorial de Globovisión ha cambiado definitivamente. Ya no hay espacio para voces críticas en el canal", dijo Nitu Pérez Osuna, una periodista de reconocida trayectoria en Venezuela, cuyo programa Yo prometo fue cancelado recientemente por el canal, como una más de las medidas del gobierno chavista contra el periodismo plural.
En diálogo con el diario Nuevo Herald contò que su programa de entrevistas resultó incómodo para los herederos políticos de Hugo Chávez, quienes a través de "empresarios amigos" asumieron recientemente el control de Globovisión.
El cambio en la línea editorial del canal de noticias, considerado como la última pantalla independiente en el país bolivariano, ha sido gradual, extendiéndose a lo largo de varios días. Pero el canal ya se encontraba en la mira del chavismo, sometido a cuantiosas multas y amenazas de cierre.
"El régimen tiene un cambio de estrategia. Saben que las confiscaciones y los cierres de los medios de comunicación son mal vistos por la comunidad internacional, y por ello es que ahora salen a comprarlos, para silenciarlos", dijo Pérez Osuna, quien se convirtió en la décima periodista en salir del canal.
"Lo hacen porque saben que el costo político del cierre de Radio Caracas Televisión [en mayo del 2007] fue muy alto. Han cambiado la forma, pero el fin es el mismo, silenciar a los medios independientes", resumió.
El chavismo lleva años tratando de expandir su actual dominio informático dentro del país. Antes de la compra del canal, ya controlaba el 72% de los medios de comunicación radioeléctricos en el país petrolero.
Citado por el Nuevo Herald, Guillermo Lousteau Heguy, presidente del Interamerican Institute for Democracy, sostuvo que la adquisición del canal es la última manifestación de una fórmula que está tomando raíces en algunos países del continente para silenciar a la prensa, sin que en la superficie luzca como una violación flagrante de la libertad de expresión.
"Es un sistema que están desarrollando: hacer que empresarios amigos, que no tienen nada que ver con las comunicaciones, compren medios de comunicación", dijo Lousteau, quien ha estado estudiando el efecto de este fenómeno.
"En la Argentina, donde el 80% de los medios están en manos del gobierno, encuentras que son empresarios que vienen del petróleo y de otra cosa, los que compran los medios, porque se los pide el gobierno que lo hagan. Y la forma de financiarlos es a través de la publicidad oficial", explicó Lousteau.
Los esfuerzos por silenciar a los medios son característicos de los gobiernos autoritarios, comentó Pérez Osuna.
"A los autócratas no les gustan las preguntas que les incomodan y de eso se trata el periodismo", explicó la presentadora de televisión.
Maduro procedió a cerrar Globovisión mientras enfrenta acusaciones de fraude en las elecciones presidenciales y un elevado descontento de la población por los agudos problemas de escasez de productos básicos y la falta de divisas.
La compra trata de evitar que las imágenes de una manifestación de descontento en Maracaibo puedan ser vistas por televidentes en Caracas, así como reducir aún más el poco espacio que los medios de comunicación les brindan a dirigentes de la oposición.
Pero es una estrategia que está condenada a fracasar, afirmó Pérez Osuna.
"Cuando un gobierno está a punto de fallecer, cuando un régimen está a punto de ser despojado, cree que cerrando las voces independientes, las ventanas de libertad que existen, van a callar el descontento nacional", dijo la presentadora de televisión.
"Pero yo creo que es todo lo contrario. Creo que cuando tú cierras todas las válvulas, es allí cuando comienza el verdadero peligro, porque es allí cuando las ollas de presión estallan", puntualizó.