Con velocidad que solo tiene un buen equipo de abogados, los defensores de Lázaro Báez pidieron el viernes por la mañana la nulidad de la declaración de Maximiliano Acosta, el testigo de casamiento de Leonardo Fariña, quien involucró al contador del empresario en la compra de un campo en Uruguay por la suma de 14,5 millones de dólares
Acosta declaró el miércoles 5 cerca del mediodía ante Guillermo Marijuán, el fiscal del caso por el que Báez está imputado por el delito de lavado de dinero. En su declaración vinculó a Daniel Pérez Gadín, contador de Báez en la compra de un campo llamado "El Entrevero" situado en una cara zona de Uruguay. Acosta, que pidió protección como testigo porque se siente amenazado, fue llevado hasta la fiscalía por la diputada nacional Elisa Carrió. No bien terminó de declarar, Marijuán envió el testimonio al juez Sebastián Casanello. Ayer los abogados de Báez, Gabriel Gandolfo y Nicolás Guzmán, presentaron un escrito en el que pidieron la nulidad de la declaración de Acosta.
Los abogados de Báez pidieron que se anule el testimonio por varias razones. Una de ellas es que Marijuán no tiene delegada la investigación por parte de Casanello y ellos entienden que el fiscal no está facultado para tomar declaraciones. Otro de los motivos en los que basan el pedido de nulidad es que ellos, como defensores de Báez, no estuvieron presentes durante la declaración.
Acosta fue llevado por Carríó a la fiscalía de Marijuán y allí dio detalles de su relación con Fariña en la compra del campo uruguayo. Contó que a partir de su relación comercial con Fariña lo pusieron al rente de una sociedad uruguaya que compró el campo. Le prometieron una comisión del 3 por ciento de la operación y un fee mensual de 20 mil dólares. No le pagaron.
Pagaron una cifra cercana a los 2 millones de dólares por el boleto y luego la operación se desmanteló. La leyenda señala que los millones que faltan se quedaron en el camino. Acosta afirmó no haber visto jamás a Báez. Sin embargo situó entre los que participaron del negocio a Carlos Molinari y su hijo Matías. El mayor de los Molinari aparece como empleador de Fariña y el menor es amigo de Martín Báez, hijo del empresario santacruceño. Acosta había sido designado presidente de la sociedad Traline que fue la que hizo la compra. Cuando la operación se enturbió, fue a Monetevideo para renunciar a su cargo El escribano uruguayo le dijo que ya habían pasado por allí los "auditores de Fariña y te destituyeron". Los "auditores" son Pérez Gadín y el abogado Jorge Chueco. Pérez Gadín es el contador de Báez. Y Chueco, según el cuevero Federico Elaskar, fue uno de los que encabezó la enajenación de la financiera SGI.
Acosta quiere cobrar su dinero. Por eso se reunió hace unos días con Fariña. El encuentro fue dentro de un auto de alta gama con vidrios polarizados. Allí el valijero, prometió pagar. Antes de esa reunión Acosta había llamado a Pérez Gadín, quien, según el declarante, le dijo: "Fariña te estafó, son unos faloperos que tienen el futuro comprado y si seguís jodiendo, vos también vas a tener la vida comprada, le dijo Pérez Gadín. Acosta preguntó: ¿Es una amenaza?. "Tomalo como quieras", dijo el contador.
La calve es saber cómo hizo Pérez Gadín, un hombre que no pudo pagar su crédito hipotecario, para aparecer detrás de una sociedad que compró un campo en Uruguay. Los investigadores sospechan que el dinero no era de su propiedad.
Los abogados de Báez pidieron la nulidad de un testimonio que complica a Pérez Gadín.
Consideran que no se respetaron los derechos y garantías de Báez y que el fiscal Marijuán se extralimitó. En el escrito presentado el viernes se reservan el derecho de apelar si el juez declara la validez del testimonio.