Sergio Berni: "No le tenemos miedo a la 'maldita policía' ni a los narcos"

Al referirse al ataque sufrido por el jefe de Drogas Peligrosas, el secretario de Seguridad apuntó contra la Bonaerense. "El que me diga que está saneada, vive en otro planeta", ironizó

Charly Díaz Azcué 162
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En línea con lo que había expresado ayer por la mañana, Berni afirmó anoche que Néstor Roncaglia, jefe de Drogas Peligrosas de la Federal, le "vio cara de policía" a la persona que lo atacó.

Asimismo, deslizó una dura crítica a la Policía Bonaerense utilizando un calificativo acuñado en los años 90, bajo la gobernación de Eduardo Duhalde: la "maldita policía".

"Todos sabemos que las fuerzas de seguridad, todas, la Federal, las provinciales, y las del mundo, están corrompidas por el narcotráfico", sostuvo Berni durante una entrevista con América 24, y agregó: "No le tenemos miedo ni a los narcotraficantes ni a la 'maldita policía'".

Berni defendió a la saliente ministra de Seguridad, Nilda Garré, al considerar que bajo su gestión hubo "un intenso control político sobre la Policía", algo "que no ocurrió en Rosario". Luego, el funcionario de Seguridad redobló la crítica contra la fuerza policial de la Provincia y sostuvo: "El que me diga que la Policía Bonaerense está saneada, vive en otro país o en otro planeta".

"Hagamonos cargo, cuando decimos que necesitamos ir a fondo, nos referimos a esto", agregó.

El ataque contra Roncaglia

El sábado a la noche, el máximo responsable de la lucha contra el narcotráfico de la Policía Federal fue atacado a balazos en la puerta de su casa en Vicente López. El agresor, que era acompañado por otros dos delincuentes que hacían de campana, se le acercó a muy poca distancia. Por su contextura física, Roncaglia pensó que se trataba de personal policial pero, al verlo sacar el arma, se le abalanzó para evitar que sacara el arma y recibió un balazo en la mano.

En el forcejeo, el titular de la División Drogas Peligrosas recibió otro impacto de bala en una costilla, pero por la poca distancia el proyectil no llegó a ingresar a la caja torácica. Aún con la mano fracturada, logró sacar su arma y vaciar su cargador contra los agresores, que huyeron del lugar.

Una de esas balas hirió al atacante y permitió su reconocimiento y captura cuando ingresó al hospital de Pilar para hacerse tratar la herida.