A la hora de definir qué es LevantArt, Martín Rieznik, uno de sus creadores, disparó: "Es una escuela de seducción para hombres que quieren seducir mujeres. Enseñamos todo el proceso, desde el 'hola' hasta la cama y damos las herramientas para que pasen estas etapas exitosamente".
Desde su apertura en la Argentina en junio de 2008 ya pasaron más de 1.500 hombres por las aulas de la peculiar academia, que está alineada con las principales instituciones para el desarrollo del coaching social, liderazgo y seducción de las ciudades más importantes de Europa y los Estados Unidos.
En diálogo telefónico con Infobae, Rieznik contó que el target de "alumnos" que concurren es variado. "No hay sólo hombres tímidos, que es quizá lo más esperable, hay gente exitosa en el trabajo pero que en la seducción se movieron siempre a ciegas; no les fue mal, pero querrían que les vaya mejor". ¿Las edades? Entre 20 y 55 años…desde los que recién comienzan en esto de la seducción hasta los que se acaban de separar y van por la segunda vuelta.
Consultado sobre si la seducción no es, más bien, algo natural, que debe "fluir" espontáneamente entre dos personas que se atraen, Rieznik retrucó sin indirectas: "Me extraña que eso me lo diga una mujer. ¿Nunca te gustó un hombre, te resultaba interesante…hasta que abrió la boca?". Silencio de aceptación de este lado de la línea.
Es que para ellos no falla: "Hay muchos hombres con facha que son interesantes, pero que al intentar seducir la embarran".
"Hay gente a la que le sale más natural que a otra, pero inclusive ellos quieren que les salga mejor", consideró Rieznik, quien dijo comparar su disciplina con la sexología, que en sus orígenes tuvo alguna resistencia, pero hoy se sabe que "permite entender mejor para disfrutar".
Los orígenes de la academia y el curso en acción
Rieznik resaltó que junto a su socio Mike Tabaschek tuvieron la suerte de llegar casi por casualidad hace 15 años a un libro que hablaba de seducción científica. "Y empezamos a investigar", contó.
Tras asegurar que "está muy estudiado qué es lo que debe hacer un ser humano para que sea más atractivo", el joven contó que luego de comprobar ellos mismos que el método funcionaba se lo transmitieron a sus amigos, quienes también experimentaron el éxito de las técnicas de seducción.
Pero fue recién hace 5 años que le pusieron nombre y apellido a sus enseñanzas y las plasmaron en la academia. "Creo que es un conocimiento que está buenísimo tenerlo", aseguró Rieznik y remarcó: "Nosotros sostenemos que esta es una habilidad como cualquier otra, sin duda que el que estudia y es aplicado va a aprender mucho más".
Aunque cada vez más reciben contrataciones para cursos personalizados y confidenciales, el curso básico dura dos meses (es grupal e incluye salidas con el coach donde aplican lo aprendido) y luego hay dos niveles más, y especialidades.
Ahora, los creadores de LevantArt lanzaron el libro El juego de la seducción, "que es el resultado de un profundo estudio, sin tabúes ni prejuicios, sobre los mecanismos de atracción sexual".
"En el libro de 320 páginas volcamos todos nuestros aprendizajes; además de los conocimientos teórico hay experiencias personales de los alumnos y coach", contó Rieznik.
Los errores más comunes a la hora de seducir
Al momento de enumerar las "fallas" en las que más caen quienes asisten a la academia, Rieznik mencionó los dos que más perciben.
"Hay hombres que sienten mucha ansiedad al comenzar una conversación con una mujer que les interesa y les enseñamos cómo cortar con esa ansiedad a la aproximación", aseguró.
Por otro lado, en general, el problema de muchos es acercarse muy directamente a las mujeres que les gustan. "Le llamamos teoría de la gata y tiene que ver con que a la mujer lo que está regalado suele no atraerle. Los hombres y las mujeres somos muy diferentes y muchos hombres seducen a las mujeres como si fueran hombres", explicó el experto seductor.
Y acerca del mito más común a la hora de la seducción, Rieznik eligió derribar eso de que "billetera mata galán".
"Los que lo dicen son hombres incapaces de seducir a una mujer, que viven de cabaret y creen que una mujer es una máquina que se le pone plata para tener sexo", sentenció Rieznik, para quien "la realidad es que las mujeres se sienten atraídas por la personalidad, no por la billetera. Incluso los estudios demuestran que todos tendemos a estar con gente de nuestro mismo nivel social y económico, en donde la billetera deja de ser un factor y se acentúan aún más la habilidad que uno posea".
Y finalizó: "Para nosotros está bueno que los hombres sepan que cumplir las fantasías es una realidad; creemos que es un derecho que no se le puede negar a nadie y todo el que no se sienta feliz en ese aspecto de su vida puede hacer algo para mejorarlo".