La sola idea de quitarle la vida a otra persona es, para muchos, tan inimaginable como indeseable; pensarlo causa piel de gallina, estupor, angustia.
El hecho de verse por un instante en una escena donde los frenos de un auto fallen y acabar con una vida genera pavor. Pero ¿esto siempre es así? ¿Todos pueden llegar a vivenciarlo de igual modo? ¿Existe quien no sienta culpa ni arrepentimiento? Las buenas o malas personas pueden sentarse en el banquillo del acusado y ser declarados culpables o no, pero ¿qué piensan ellos, a solas consigo mismos? ¿Qué opinan los expertos?
Ante lo impensado, hay quienes no sienten culpa porque en su fuero íntimo no se consideran responsables: "Hay dos formas básicas de sopesar las acciones negativas sobre otra persona o ante la sociedad. Una es tener interiormente una justificación y la otra, saber que se ha transgredido, sentirse responsable y culpable de esa situación y tratar de zafar", dijo Hugo Marietan, doctor en psiquiatría, a Infobae.
"En el primer caso –explicó– es cuando la persona justifica lo hecho porque cree tener razón sinceramente. Dice 'Fue un accidente', 'El otro se cruzó', 'No pude frenar'. Son justificaciones internas que hacen que la persona no sienta la repercusión de una culpa intensa y no se vea responsable".
Según consideró Marietan, esto sucede porque la culpabilidad es subjetiva (la persona se siente responsable porque sabe que estuvo mal) y la responsabilidad es objetiva. Quienes pueden darse cuenta de si esa persona es o no responsable es el entorno, cuando se convierte en testigo, porque quizás lo vieron cruzar un semáforo en rojo, conducir ebrio o drogado. Saben si es responsable. Entonces, esa persona puede tener una acción y justificarse, decir que no pudo hacer nada por evitarlo.
"La otra es el que sabe que lo hizo (aun estando borracho o drogado) pero no siente culpa, no porque no sepa que está bien o qué está mal, sino porque prevalece el deseo de no sufrir el reproche social, que es más intenso que el haber matado a una persona. Hace lo posible para no ser señalado por esa situación. Entonces estamos frente a la mala persona", enfatizó.
El concepto de mala persona, tantas veces repetido y tan poco analizado, proviene de la ética y la moral interna, y esta sociedad (y sus integrantes) nos estamos olvidando de lo que es ser buena o mala persona. "Dejemos de lado el lenguaje de abogados ('Si no hay pruebas, es inocente', por ejemplo). Si es buena persona, sabe que mató a otro y eso crea una situación de confusión y de dolor interno por empatía". Aunque después la misma ley le diga que si quiere mitigar, la misma normativa le da tips, pero él sabe que es culpable, a diferencia de la mala persona. La mala persona ya tiene justificado todo, no es responsable, y el abogado sólo le da la instrumentación para afianzarlo. La buena persona está intranquila, lleva ese proceso con descargas emocionales; el malo se muestra agresivo y altanero".
Hay malas personas, y ellas se pueden identificar detrás de la careta que suelen ponerse con el comienzo del día. "No pueden dejar de serlo, puede tener una máscara todo el tiempo, son también falsos o hipócritas; pero si permanecen en un grupo, ese grupo los termina conociendo. La buena persona, en cambio, actúa por empatía y el otro lo capta porque encima transmite bondad; el malo tensiona el ambiente".
A estar atentos con los portadores de máscaras, porque suelen esconderse detrás de una apariencia agradable, a veces exagerada; suelen estar rodeados de mucha gente frente a quienes se muestran agradables y seductores. Y son capaces de dañarlos a todos.
¿Es igual arrepentirse que sentir remordimiento?
El pastor Osvaldo Carnival consideró para este medio que "el arrepentimiento es un proceso que implica diferentes cosas que marcan que realmente es genuino. No tiene que ser cosmético", dijo al referirse al caso en que un homicida intente limar asperezas con la ley cortándose el cabello y usando ropas prolijas.
"Es un proceso que primero incluye la percepción del error que cometí: si no puedo ver que me equivoqué, no se inicia el arrepentimiento", explicó, y aclaró que ello es falta de honestidad.
En actitud metafórica ejemplificó: "El ojo tiene dos funciones: ver y llorar. La vida da siempre una oportunidad para ver las cosas para no tener luego que llorarla". Siguiendo en esa línea de comprensión, se entiende que hay percepción del error. Entones, "el arrepentimiento implica tristeza, uno tiene que estar compungido, asumir que se hizo algo grave, y esto lleva un dolor del corazón".
"Es diferente; cuando la angustia que se siente no se canaliza desde el arrepentimiento, se cae en el remordimiento". Ahora, es importante notar que mientras el culpable (quizás acusado de homicidio culposo) comience ese proceso interior, del otro lado tendrá que lidiar con una realidad: la posibilidad de ir a prisión y afrontar desde allí esa culpa.
Más allá de lo que resuelva la Justicia, ¿qué pasa en el ya condenado mientras cumple sentencia? Carnival contó a este medio que visitó muchas veces las cárceles y que asistió y escuchó a los presos que habían cometido los más horrendos crímenes como a quienes tuvieron la desgracia de protagonizar un accidente. La coincidencia entre ellos, según notó, era esa sensación de estar mortificado por lo sucedido, porque a solas con la almohada las cosas son muy distintas.
Más Noticias
Qué significa regalar una planta lengua de suegra, según la IA
Muchas personas eligen tener esta planta en casa porque es resistente y se adapta bien a temperaturas que van de los 17 a los 30 grados centígrados

Una casa, siete días y una prueba extrema: la tensión psicológica que redefine el concepto de pareja y sociedad
“La evaluación” es un thriller psicológico y ciencia ficción que explora los desafíos de la humanidad frente a crisis climáticas y normas sociales

Feijóo adelanta el congreso del PP al próximo mes de julio
Unas horas antes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha asegurado que es necesario “acelerar” este congreso por el “runrún” que se ha generado al respecto

Golpes, quemaduras y descargas eléctricas: el infierno de un niño a manos de su padrastro y la larga batalla en tribunales
Durante casi cinco años, un niño torturas y humillaciones en su propio hogar, víctima de su padrastro y la complicidad de su madre. Pese a los intentos de su abuela y padre biológico por salvarlo, las agresiones continuaron

Cuatro abuelas, una tragedia y un restaurante que redefine el duelo y la esperanza en “Nonnas”
Una emotiva exploración que combina gastronomía y segundas oportunidades en una de las cintas más vistas de Netflix
