El obispo de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli, rechazó la aplicación de muerte digna a un paciente que desde hace 19 años se encuentra en estado vegetativo, en tanto que pidió a los familiares del hombre que lo dejen "a su cuidado" y de la institución donde permanece internado.
En un documento público, Bressanelli salió al cruce de la resolución del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que dictaminó que "es una decisión privativa a la familia", sin que deba intervenir la Justicia, la aplicación de una muerte digna a Marcelo Diez, quien desde hace 19 años se encuentra en estado vegetativo después de sufrir un accidente en moto.
"No corresponde a la verdad decir que Marcelo Diez está 'enchufado', como se publicita, pues no está conectado a nada. Ni lo ha estado en estos últimos años", aseguró, para agregar que tampoco "corresponde a la verdad decir que Marcelo Diez está `en estado terminal o agónico´", ya que según dijo el propio obispo- el paciente "dentro de su cuadro goza de una salud estable, sin ni siquiera resfríos o escaras desde hace mucho tiempo".
Asimismo, señaló: "No corresponde a la verdad decir que se le esté dando un tratamiento desproporcionado o de ensañamiento terapéutico. Lo único que se le brinda es el sostén vital básico que no se le puede negar a ningún ser humano: alimentación e hidratación por vía enteral, higienización, afecto y asistencia espiritual".
El prelado consideró que "dicho sostén, aunque se realice por vías artificiales, es siempre un medio natural de conservación de la vida, no un acto médico. Por lo tanto, es un servicio ordinario y proporcionado que lo exige el reconocimiento de la dignidad humana del paciente".
Además, señaló que "no corresponde a la verdad decir que quitarle el sostén básico es 'dejarlo partir en paz'". "En un estado terminal, donde los cuidados naturales no cumplen su función, nadie se opondría a la suspensión de los mismos. Mientras, en la situación actual de Marcelo, la suspensión de ese sostén, provocaría activamente su muerte, por omisión de la debida ayuda, lo cual corresponde a una verdadera práctica eutanásica, rechazada por la ley llamada de 'muerte digna'", opinó.
Ya el año pasado, antes de la resolución judicial, el obispo Bressanelli había manifestado su rechazo a la aplicación de muerte digna en el caso de Marcelo Diez.
En una carta pública a las hermanas de Diez, señaló que "Marcelo goza de una salud física estable", al tiempo que, en declaraciones similares a las actuales, sostuvo que "no está conectado a nada" y que "No es un enfermo terminal".
Asimismo, en la misiva añadió que "desde el punto de vista humano es una vida que hemos de respetar, cuidar y sostener hasta que su estado se revierta, como esperaban sus padres, o hasta que su curso se cierre naturalmente".
"Quitarle las atenciones que hoy se le brindan lo condenaría a una muerte atroz. Eso configuraría una eutanasia por omisión y un delito por abandono de persona", agregó en esa oportunidad.