¿Es un problema si un bebé no gatea?

Algunos padres se inquietan demasiado cuando llega el momento de que sus hijos anden en “cuatro patas”. ¿Qué pasa si no lo hacen? ¿Hay que preocuparse?

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Hay algunos mitos sobre los primeros años de vida de un ser humano que, aunque fueron desmentidos miles de veces, aún persisten. Con internet, estas teorías falaces vuelven a ver la luz en escasos segundos. Por eso resulta imperante que aprendamos que hay que investigar si lo que encontramos en la web tiene un sustento científico y que no hay que dejar de consultar con especialistas.

Una de las creencias más persistentes y perniciosas es la idea de que es importante que el bebé gatee, según informa Slate.com. De acuerdo con esta teoría, si tu hijo no gatea, tendrá algún tipo de daño: gatear con los pies y las manos forma conexiones neuronales fundamentales.

Al exponerse de esta manera, la idea parece ser completamente cierta. Sobre todo, en tiempos en que el yoga y otras disciplinas similares están en boga, y el cuerpo y la mente ya no son vistos como aspectos separados.

La teoría de que el gateo ayuda a formar el cerebro es intuitivamente correcta, sostiene Nicholas Day en su artículo para Slate. Y aclara: sólo intuitivamente.

La importancia que le dan los padres modernos a andar a gatas se remonta a Arnold Gesell, el psicólogo que estableció las primeras etapas de desarrollo hace un siglo. Gesell pensó que gatear era una parte fundamental del desarrollo motor y, desde entonces, la teoría nunca ha desaparecido.

Hoy en día es fácil encontrar terapeutas ocupacionales que reivindican la importancia neuronal de gatear. Y hay todavía terapias físicas que utilizan el desplazamiento cruzado del gateo para así "reestructurar" el cerebro, a pesar de que la Academia Norteamericana de Pediatría declaró que esta teoría carece de valor.

No existe estudio científico alguno que conecte la falta de gateo con consecuencias negativas. Si bien es cierto que los niños con problemas de desarrollo son más propensos a gatear de forma descoordinada o a no gatear directamente, también es cierto que estos pequeños tienen dificultades para muchas otras cosas. El problema no tiene que ver con andar o no a gatas.

Hay muchos bebés que ni siquiera lo intentan y pasan directamente a caminar, lo que no les ocasiona problema alguno. Hay muchos estudios que confirman esto. Los terapeutas que resaltan la importancia de gatear sostienen que promueve el desarrollo socio-emocional y muscular, fomenta la independencia y expone al bebé a nuevos y desafientes estímulos, lo cual es fundamental. Puede ser verdad; sin embargo, no hay evidencia de que esto se logre sólo gateando. El desarrollo motor se da a través de muchos caminos; pero el mito de que hay una sola forma todavía persiste.


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