El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 3 de San Martín dio a conocer esta tarde la sentencia en el juicio oral en el que se investigó el secuestro y asesinato del joven Matías Berardi, quien tenía 16 años al momento del trágico hecho. No obstante, pospusieron para el 20 de mayo la lectura de los fundamentos.
En sintonía con los pedidos de la fiscalía, los magistrados condenaron a prisión perpetua a los acusados Richard Fabián Souto, Facundo Maidana, Damián Sack, Gonzalo Hernán Álvarez y Gabriel Raúl Figueroa.
En tanto, sentenciaron a 24 años de prisión a Ana Cristina Moyano, 21 años para Federico Esteban Maidana, 19 años para Celeste Moyano, 18 años para Elías Emanuel Vivas y 17 años para Jennifer Stefanía Souto Moyano.
En cambio, absolvieron a Alexia Yamila Moyano, que tenía 17 años al momento del crimen, y ordenaron su inmediata liberación.
"Estamos contentos", celeraron los padres de Matías. No obstante, su abogado, Eduardo Durañona, aclaró: "Tenemos que ver el tema de la absolución de Yamila. Vamos a ver cuáles son los fundamentos. Seguramente apelaremos".
Más temprano, el tribunal integrado por los jueces Elbio Osores Soler, Lidia Soto y Germán Castelli había ofrecido a las mujeres imputadas la posibilidad de expresar sus últimas palabras antes de la sentencia. Los hombres lo habían hecho el viernes pasado. Luego hubo un cuarto intermedio hasta las 15, cuando se leyó el veredicto.
En diálogo con Infobae antes de conocerse el veredicto, María Inés Daverio, la madre del joven asesinado, había pedido que los 11 acusados reciban "reclusión perpetua y por tiempo indeterminado", la misma condena que había sido solicitada por la querella en el juicio. Agregó: "No queremos que haya lugar a que más adelante puedan salir libres y seguir delinquiendo", agregó la mujer. "Que se pudran en la cárcel", había pedido Durañona en su alegato.
Daverio también se refirió al curso del proceso: "Por lo que escuchamos, hay muchísmas pruebas de que esas personas son realmente culpables. Hubo muchos testigos que declararon, pese a que tenían miedo. No podría entender que por chicanas judiciales puedan llegar a quedar libres", sostuvo.
Secuestro y muerte
Matías Berardi había ido a bailar al boliche Pacha, ubicado en la avenida Costanera Norte porteña. Desde allí alquiló una combi que lo dejó en ruta 26 y Panamericana a eso de las 5:30 del 29 de septiembre de 2010. Cuarenta minutos después llamó llorando a su padre contándole que estaba secuestrado.
A partir de ahí comenzaron las llamadas extorsivas. La última comunicación entre la familia y los secuestradores fue a las 20:20 de ese día. A la madrugada siguiente el chico apareció muerto. Había sido ejecutado de un balazo en la espalda en un descampado de Campana.
De acuerdo con la reconstrucción, Matías logró escapar y pidió ayuda, pero nadie lo auxilió. La banda de delincuentes lo recapturó y lo asesinó porque había visto el taller mecánico en el que había estado cautivo. "Fue un crimen a sangre fría", sentenció María Inés.