A Mirko Vucinic se le soltó la "cadena" en el partido que la Juventus protagonizó ante Pescara en condición de local, por la Fecha 31 del Calcio italiano. A los 27 minutos del segundo tiempo, cambió por gol un penal y no tuvo mejor idea que festejarlo sacándose los pantaloncitos cortos y revoleándolo como si se tratara de un poncho de Soledad Pastorutti. Lógicamente, se ganó la tarjeta amarilla por parte del juez.
El delantero de Montenegro, que además convirtió el otro tanto de su equipo en la victoria 2-1 que deja a los suyos un paso más cerca del Bicampeonato, también se arrimó al banco de los suplentes para celebrar y le propinó un efusivo golpe en la cabeza al entrenador Antonio Conte, quien pareció reaccionar y no se mostró muy contento con la actitud del jugador... ¿Habrá sido adrede o un simple "chiste"?