Es una franja de adultos jóvenes entre los 25 y los 40 años, que prefieren las mascotas y los smartphones a los pañales y las mamaderas. En su mayoría, profesionales con un buen nivel de ingresos, de clase media y media alta, focalizados en su ascenso laboral, algo hedonistas y militantes a la hora de usar su tiempo y dinero en ellos mismos.
El fenómeno de los DINK por sobre todas las cosas instala el nuevo mapa del poder en las parejas contemporáneas y resquebraja el estereotipo socialmente aceptado de "pareja feliz", que se completa con la llegada y crianza de los hijos.
La sigla DINK ya tomó significado global, originada en las palabras del idioma inglés: Double Income No Kids, que significan "Doble salario, sin hijos", al punto de convertirse en "etiqueta" de muchos productos tecnológicos, mascotas y cruceros que dice: For DINKS.
Este grupo de adultos jóvenes no está dispuesto a asumir la responsabilidad de procrear, creen en la idea de realización personal, pero sin familia. Son muy activos laboralmente y con un buen nivel de ingresos. Ahora, los DINK, ¿son una expresión de puro narcisismo o un claro signo de época?
"El punto interesante y novedoso sobre los DINK -explica el médico psicoanalista y dramaturgo Dr. José Abadi- es que supera el viejo dilema donde uno de los miembros de la pareja no quiere tener hijos y el otro acepta resignado; se trata de una situación de acuerdo. Esta es una época en donde el concepto tradicional de "familia feliz" ya no es no tan universal, ni tan relativo, continúa en crisis y a la vez se redefine constantemente", remata Abadi.
Ser un dinky
La cultura llamada dinky tiene atributos propios. La posición ideológica frente a no tener hijos no es resultado de la imposibilidad biológica de parejas de cualquier condición sexual, sino una elección y proyecto de vida.
Esta categoría se lleva muchas hojas y consideraciones en cualquier estudio de mercadotecnia, especialmente si se trata de tecnológicas, textiles y la industria del turismo.
Este estilo de vida en pareja se refiere a permanecer juntos por decisión mutua, y no por reglas sociales impuestas; en las parejas DINK ambos miembros trabajan.
En general se radican en centros urbanos, donde se encuentran expuestos a variables como: el estilo de vida acelerado y complejo, la búsqueda de acceso a un mercado laboral demandante, las altas expectativas de éxito, y su apertura a nuevos conocimientos e innovaciones.
El fenómeno DINK, originario de los países europeos y amplificado por EEUU y China, ahora también se consolida en países sudamericanos como Brasil, Chile y Argentina.
Este crecimiento de este fenómeno sociocultural, el Dr. Abadi lo interpreta bajo tres variables: "La primera son las causas económicas: el no tener los medios suficientes para pensar en los hijos y todos los gastos a su alrededor.
La segunda -continúa Abadi- y seguramente la más profunda tiene que ver con la desvinculación de lo que significa ser padres y estar en pareja: antes era una continuidad fisiológica, el hecho de estar en pareja y ser padres. Ya no es un continuum".
Y la tercera es la competencia laboral: la idea de que la maternidad-paternidad me va a quitar tiempo y eficacia", explicó el médico psicoanalista.
Consumo DINK
Los DINK son consumidores selectos e informados, y bastante impulsivos en sus compras cotidianas. Gastan en diversión y placeres. Por ello se procuran un estilo de vida que refleja satisfacción y modernidad: les gusta viajar, adquieren gadgets y aparatos novedosos, ropa y muebles de diseño, gastronomía, dedican tiempo al cuidado de la salud, imagen y alimentación. Donde demuestran un estilo más conservador es en las operaciones inmobiliarias y en todas las relacionadas a la generación de patrimonio.
Amantes del buen vivir, llegan a gastar hasta el 72 por ciento de su sueldo simplemente en productos considerados suntuosos, como ropa, calzado, buenos restaurantes, espectáculos y viajes de todo tipo: escapadas cortas, turismo de aventura y viajes de lujo.
La Iglesia católica no dudó en varias oportunidades en expresarse en contra de estas formas de entender la vida de los DINK, por considerar que se trata de una actitud egoísta o hedonista en la que prima el consumismo por encima de los valores familiares.
Al respecto, continúa el Dr Abadi, es cierto que el cóctel de los DINK puede sonar algo desesperanzador: "Combinan el mito de la eficacia, la ansiedad laboral y el narcisismo. Pero lo que esta tendencia viene a corroborar es el nuevo dibujo de la relación de poder en la pareja: donde la mujer renunciaba a un determinado rol social y hoy en dia pide simetría; la mujer dice: 'Quiero alcanzar tanto como vos. Yo no me voy a quedar en casa cuidando a los chicos'".
Y al respecto Abadi concluye: "¿Qué pasa con el entrenamiento de la capacidad de amar de los padres, no hay conciencia plena de lo rico que uno se convierte cuando ama a sus hijos?".