Estos creadores, más jóvenes que Duchamp (1887-1968), son el compositor John Cage (1912-1992), el coreógrafo Merce Cunningham (1919-2009) y los pintores Robert Rauschenberg (1925-2008) y Jasper Johns (1930), que se nutrieron de la obra del francés en sus encuentros en Nueva York y a quien también influyeron con su visión iconoclasta del arte.
La muestra La novia y sus pretendientes, que inaugura mañana y permanecerá abierta hasta el 9 de junio, es la estrella de la temporada en el centro cultural Barbican de Londres, que dedica los próximos meses a escenificar montajes de teatro, danza y cine inspirados en el legado de Marcel Duchamp.
La muestra presentada hoy a la prensa es toda una experiencia creativa, pues combina obras clave del revolucionario artista francés, como su icónico orinal con el que escandalizó al mundo del arte en 1917 (Fuente), con la disonante música de Cage y periódicas coreografías de Cunningham.
Así, el visitante puede experimentar el fruto de la colaboración entre estos artistas y amigos, que desafiaron al establishment del momento con su incorporación de sonidos y objetos cotidianos en sus trabajos.
No en vano Duchamp inventó el arte del ready-made, un concepto precursor del arte conceptual y que inauguró con la obra Rueda de bicicleta sobre un taburete, que puede verse en la muestra en una réplica autorizada de 1964 del original de 1913, que, como muchas otras de sus obras, se extravió o dañó tras ser creada.
Es el caso de otra de las creaciones más representativas del artista, El gran vidrio. La novia desnudada por sus pretendientes, un trabajo sobre cristal cuyo original se rompió y aparece en esta exposición mediante una réplica de 1991-92.
Central en la muestra resulta la figura de "la novia", que Duchamp presentó por primera vez con su provocador óleo de 1912 La novia, donde transforma por primera vez la anatomía femenina en maquinaria orgánica en una evolución de sus primeras obras más cubistas y futuristas.
También figura Desnudo bajando una escalera, del mismo año, que causó sensación hace justo un siglo al ser presentada en Nueva York.
Mientras se escuchan las notas de piezas de Cage interpretadas por un pianista "fantasma" (sólo se ve moverse las teclas de dos pianos), puede apreciarse la influencia de Duchamp en las obras de Jasper Johns y Rauschenberg, que incorporan en sus pinturas objetos como latas o telas.
La orquestación entre todos estos elementos, que es lo que hace excepcional esta muestra, se debe al artista contemporáneo francés Philippe Barreno, que trabajó bajo la batuta del curador, Carlos Basualdo, del Museo de Arte de Filadelfia, que alberga numerosas obras de Duchamp.
De Jasper Johns se incluyen diecisiete trabajos, incluidos No y M, ambas de los años 60 y que se muestran en el Reino Unido por primera vez en décadas.
Una de las obras más reconocibles de este artista, claramente inspirada en el ready-made duchampiano, es Bronce pintado de 1960, que reproduce una lata de café Savarin llena de brochas y pinceles.
Este trabajo se incluye en el segundo nivel de la exposición, donde se concentran las piezas más conceptuales y las dedicadas por esos artistas al ajedrez, pasión que compartieron y a la que Duchamp se dedicó, tras retirarse del arte en 1923, hasta el final de sus días.
También destacan la colaboración entre Jasper Johns y Cunningham en Walkaround time (1968) y de Rauschenberg con el mismo coreógrafo, a quien diseñó el atrezo para el montaje Travelogue, de 1977, homenaje al provocador e iconoclasta artista francés.