Un miembro de la realeza europea jamás se mezclaría entre la gente y viajaría en un transporte público. No es el caso de Jorge Zorreguieta Stefanini, quien a pesar de no tener sangre real, es el padre de la futura reina de Holanda, la argentina Máxima Zorreguieta, y no duda en tomarse casi todos los días el autobús de la línea 152.
Con más de 80 años, el suegro del príncipe Guillermo de Orange se mezcla entre los usuarios como uno más y se moviliza sin ser reconocido. Vive, junto con su esposa, María del Carmen Cerruti, en un apartamento de un barrio acomodado la ciudad de Buenos Aires.
Por su pasado como funcionario de la dictadura militar liderada por Jorge Rafael Videla, Zorreguieta Stefanini no podrá presenciar en persona el momento de la coronación de Máxima. Sin embargo, eso no opaca su felicidad. "Estamos orgullosos de nuestra hija", aseguró a la revista argentina Pronto.
Jorge Zorreguieta, durante el mandato de Videla, fue subsecretario de Agricultura y luego, Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Por ese motivo, el Gobierno de Holanda decidió excluirlo de las celebraciones de la boda.
Ante la posibilidad de que vuelvan a negarle el derecho de asistir al evento, fue la propia princesa Máxima la que decidió que ninguno de sus padres asista a la ceremonia de coronación ni a la posterior fiesta privada.
En marzo de 2001, Zorreguieta se comprometió con el heredero de la Casa Real. Ese mismo año se convirtió en ciudadana holandesa y las dos cámaras del parlamento aprobaron el proyecto de ley que consintió el matrimonio. Finalmente, el 2 de febrero de 2002, la argentina se casó con el príncipe Guillermo.