La finalidad del estudio de la Universidad de Stanford fue averiguar si se puede usar tecnología de realidad virtual para inducir a las personas a ayudar al prójimo. "Pensé que si permitíamos que un individuo personifique una habilidad mejorada, como la de un superhéroe, podría sentirse y actuar más como superhéroe y el efecto duraría incluso después de salir de la realidad virtual", explicó Robin Rosenberg, jefa del estudio, a BBC Mundo .
Durante la investigación, la mitad de los participantes estuvieron en un helicóptero virtual, mientras que a la otra se le otorgó el poder de volar. A la mitad de cada grupo se le pidió que actuara de forma heroica y salvara a un niño, ya sea en el helicóptero o con los superpoderes, y a los otros se les dijo que sencillamente sobrevolaran la ciudad virtual.
"Descubrimos que no importa. El sólo hecho de tener la habilidad de volar llevó a la gente a ayudar más fuera de la realidad virtual", señaló Rosenberg.
Poco después de despedirse de los avatares de superhéroes –y sin saberlo- se encontraron en situaciones en las que podían ayudar sin que se lo pidieran, como recoger el bolígrafo a alguien a quien se le había caído. Aquellos que venían de sentirse superhéroes se mostraron más propensos a hacer el bien.
Según Rosenberg, éste es el primer estudio que busca averiguar los efectos de los videojuegos cuando se usan para hacer el bien.