Garrincha es sinónimo de fútbol y los brasileños, en su gran mayoría, lo ponen por encima de Pelé y lo consideran el mejor de todos los tiempos, aún por sobre 'O Rei', Maradona, Di Stéfano y tantos otros. Un 20 de enero de 1983, "Mané" se iba a los 48 años por una enfermedad de una vida plagada de adicciones, en especial al alcohol. No obstante, eso no quitó que el recuerdo de "La alegría do povo" (la alegría del pueblo, como lo conocían) siga latente.
De orígen humilde, nacido en la extrema pobreza, Garrincha es señalado como el mejor gambeteador de todos los tiempos. El clásico wing de aquellos años, pegado a la raya derecha y haciendo delirar a todos los hinchas del Botafogo, donde logró tres campeonatos carioca y es uno de los máximos ídolos en la historia de la institución. Además, la FIFA lo colocó como el 8ª mejor jugador de la historia.
Era chueco, al punto que una de sus piernas era seis centímetros más corta, y además encorvado. Por eso su apodo, Garrincha, que es el nombre de un ave del Mato Grosso fea, rápida y torpe, muy difícil de atrapar. No obstante, eso le permitió ser indescifrable para los rivales; aunque su vida también tuvo otras características, como el alcohol, el tabaco desde los 10 años y las mujeres (tuvo 14 hijos reconocidos).
Sin embargo, el hombre que fue campeón con Brasil en dos de tres Mundiales que jugó (Suecia 1958 y Chile 1962), tiene anécdotas que lo describen tal como era su analfabetismo. En el partido por el título en 1962 ante Checoslovaquia, le preguntó al técnico en la charla técnica previa, "¿Por qué hay tanta gente?" Le respondieron que era la final y él afirmó "¿Ya es la final?". Luego, cuando ganaron con él como figura, les preguntó a sus compañeros, "¿Y ahora, contra quién vamos?"; en tanto, en Suecia no entendía por qué festejaban y le tuvieron que explicar que eran campeones del mundo.
El médico de Brasil siempre decía que Garrincha no tenía la mentalidad necesaria que se requiere en un deporte colectivo. Sin embargo, el hombre elegido Mejor Jugador del Mundo en 1962, también era un futbolista que a través de su analfabetismo supo ser el símbolo del hombre nacido en la más absoluta pobreza que triunfó en el país más popular del fútbol. Sin embargo, todas sus adicciones le hicieron perder lo ganado y terminó muriendo en la más absoluta pobreza, debido al alcoholismo. Por este motivo, una multitud lo veló en el Maracaná y con una bandera del Botafogo, como un homenaje a todos los títulos logrados.