Cuando se publicó, en 1954, en Francia, Histoire d'O causó escándalo. Y, todavía hoy, el best seller 50 sombras de Grey, último gran éxito editorial al que se atribuye el mérito de haber relanzado el género, resulta light en comparación con la novela de Réage.
Por décadas, el secreto de la verdadera autoría de
se mantuvo bajo 7 llaves. Sólo tres años antes de su muerte y 40 después de la publicación del libro, en 1994,
, también conocida como
, reconoció ser la autora esa novela que hasta entonces la mayoría atribuía a un hombre. Se decía que su estilo era "demasiado directo, demasiado frío, para ser el de una mujer".
En un libro sobre seudónimos de reciente aparición [Nom de Plume: A (Secret) History of Pseudonyms], la estadounidense Carmela Ciuraru, miembro del Círculo de Críticos y del PEN American Center (además de autora de colaboraciones en Los Angeles Times, The San Francisco Chronicle, The Boston Globe y The Wall Street Journal, entre otros), dedica un capítulo a uno de los "secretos mejor guardados del mundo literario", el de la mujer que se escondía detrás del nombre de fantasía Pauline Réage.
Historia de O también fue best seller pero, a diferencia de la mucho menos osada y más rosa 50 sombras de Grey, el éxito no fue inmediato. Primero vinieron el escándalo, las demandas, las amenazas de juicio al editor y la interminable polémica sobre la verdadera identidad de Réage. El libro impactó por sus gráficas y crudasdescripciones de escenas sadomasoquistas, parte de una trama en la cual una joven parisina es llevada por su amante a un castillo donde ingresa a una suerte de mundo subterráneo y semi-irreal en el cual será sexualmente esclavizada. El verdadero argumento es el juego de dominación y servidumbre, vistas como dos caras de una misma moneda: la protagonista es libre pero goza no siéndolo, siguiendo las órdenes del hombre que ama sin reparar en consecuencias, para finalmente ser ella también la que domina.
Ciuraru revela la verdadera historia detrás de Historia de O: la de una mujer profundamente enamorada de su amante, editor y director de una de las más célebre revistas literarias, la Nouvelle Revue Française (NRF), junto al cual "Pauline Réage" trabajó durante años. "Desclos estaba obsesionada con su amante casado, Jean Paulhan (1884-1968). Escribió el libro para seducirlo, atraer su atención y mantenerlo a su lado, y sólo lo escribió para él", dice Ciuraru. Pero cuando Paulhan, editor al fin, recibió el texto, decidió que debía publicarlo. Para él, era "la mejor carta de amor jamás escrita". Ante la negativa de la editorial Gallimard, donde trabajaban ambos en ese momento, él no paró hasta encontrar un audaz que se animara.
"El libro es la historia de una fotógrafa de moda, conocida sólo como O, que desciende a la degradación, el tormento, la humillación, la violencia y la servidumbre, todo ello en nombre de la devoción a su amante, René. Durante la novela, ella es vendada, encadenada, azotada, perforada, marcada a fuego y más. Cuando se inicia la historia, O es una figura pasiva que hace exactamente lo que le dicen", explica Ciuraru. Nótese que, en dos detalles, Aury se adelantó a su tiempo: el piercing de O y su tatuaje (que, en honor al masoquismo, aquí es una marca a hierro candente).
La prosa del libro es directa y despojada, tremendamente austera en calificativos: "Su amante llevó un día a O a dar un paseo (…) Ella vio, en una esquina del parque, un automóvil que parecía un taxi. 'Sube', le dijo él. Ella lo hizo".
Empieza así un viaje que es, en palabras de Ciuraru, "una versión erótica de esos cuentos infantiles en los cuales un personaje cae accidentalmente en una realidad alternativa y es inducido a un estado alucinatorio". El propio Paulhan había dicho una vez que "los cuentos de hadas son novelas eróticas para niños".
En el prólogo que escribió para el libro, titulado Felicidad en la esclavitud, Paulhan decía que la verdadera naturaleza femenina ansiaba la dominación y que O se volvía poderosa al confesar su deseo. Justamente, un elemento perturbador de la novela es que, cuanto más brutamente tratada es O, más perfectamente femenina se vuelve. Undescarado manifiesto anti-feminista, podrían pensar algunos.
En 1969, la ensayista estadounidense Susan Sontag reparó en el libro y publicó un ensayo que lo revalorizó literaria y sociológicamente. Ella consideraba que "la historia no era realmente pornográfica, sino meta-pornográfica, una brillante parodia".
Anne Desclos adoptó el nombre de Dominique Aury para su trabajo como editora y periodista, Bajo esta identidad era -parafraseando a Simone de Beauvoir- una "joven formal", al menos en apariencia: fue lectora en la prestigiosa casa Gallimard, tradujo al francés a autores consagrados como Virginia Wolf, Evelyn Waugh, T.S. Elliot, Fitzgerald, fue una influyente editora y, como tal, integró varios jurados literarios y hasta recibió la orden de la Legión de Honor, al principal condecoración francesa. Además, no se maquillaba y vestía austeramente. Era inimaginable que ella pudiera ser la autora de semejante novela. Su amante era un verdadero referente en la intelectualidad francesa. Un hombre apuesto, encantador y además divertido. Ella estaba cautivada por su inteligencia.
El nombre "O" lo tomó de una amiga, Odile, más joven y atractiva que ella, que estaba muy enamorada del escritor Albert Camus. En cuanto a su seudónimo, Pauline, lo eligió por Pauline Bonaparte, la hermana menor de Napoleón, famosa por su fogosidad y sus romances a repetición.
Paulhan le llevaba 23 años a Aury. El libro de su amante lo impactó. Si es cierto que fue escrito con intención de retenerlo, el fin fue logrado ya que él y Réage-Aury-Desclos fueron amantes hasta la muerte del editor en 1968.
"Historia de O fue un cuento de hadas de otro mundo, un mundo en el cual parte de mí vivió por mucho tiempo, un mundo que ya no existe excepto entre las tapas de un libro", dijo la propia Aury, en una entrevista concedida en 1994. Negó haber vivido una mentira: "Por mucho tiempo, viví dos vidas paralelas. Y mantuve meticulosamente separadas esas dos vidas, tan separadas que la pared invisible entre ambas me parecía normal y natural".
Historia de O fue llevada al cine por Just Jaeckin, el mismo director de la sagaEmanuelle. Pero el film no estuvo muy logrado y, llamativamente, resulta más soft que el libro. En cambio, la versión en historieta, ilustrada por Guido Crepax es excelente y muy fiel al relato original.