Cuáles fueron los argumentos de los jueces

Según el tribunal, hubo falta de pruebas y contradicciones en las declaraciones de los 130 testigos durante el juicio que se llevó a cabo a 10 años del secuestro de Marita Verón

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 NA 162
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Ayer, los miembros de la Sala II de la Cámara Penal de Tucumán, Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano, dieron a conocer el fallo unánime para los acusados de secuestrar a Marita Verón en abril de 2002.

Según el tribunal, las declaraciones de los 130 testigos que pasaron por el banquillo, entre ellos las de mujeres que dijeron haberla visto a Verón en prostíbulos de La Rioja, fueron contradictorias e insuficientes y por eso decidieron absolver a los 13 acusados.

"El debate dejó la incógnita de lo que ocurrió el 3 de abril de 2002. Las versiones al respecto son sólo tales", detalló Piedrabuena luego de dar el veredicto.

Los magistrados no tuvieron en cuenta o no validaron las declaraciones, por ejemplo, de Simón Nieva y sus hijos, que aseguraron que Víctor Ángel Rivero, uno de los acusados, les había confesado que secuestró a Marita por orden de su hermana, María Jesús Rivero. Dijeron que esos testimonios fueron ineficaces para considerarlos los autores materiales e intelectuales del secuestro.

De la misma manera, consideraron ineficiente el testimonio de Fátima, una joven que afirmó haber estado secuestrada en la casa de Daniela Milhein y Alejandro González, y que allí vio a Marita en mayo de 2002.

"La acusación no ha probado la existencia del hecho inicial", sostuvieron los jueces y señalaron una supuesta ineficiencia de la investigación preliminar, donde no pudieron reunir pruebas para acreditar lo que sucedió, según la consideración de los camaristas.

La acusación decía que Marita fue vendida a La Rioja, donde la obligaron a prostituirse en los locales "Candy", "Candilejas" y "Desafío". Allí, Irma Lidia Medina, José Fernando "Chenga" Gómez, Gonzalo Gómez, Carlos Luna, Cinthia Gaitán, Azucena Márquez, Pascual Andrada y Humberto Deroberits, "siguieron privándola de la libertad, obligándola a ejercer la prostitución, no siendo encontrada hasta el momento", según dijo Piedrabuena.

A pesar de las declaraciones de siete mujeres que estuvieron secuestradas en diferentes prostíbulos riojanos en las que afirmaron que vieron en esos locales a Marita o a una chica parecida, las mismas no tuvieron el peso suficiente para el tribunal a la hora de dictar la sentencia.

Lo que argumentaron los magistrados es que, según las testigos, fue vista en fechas distintas, en diferentes prostíbulos, y descripta físicamente de diversas maneras.

Los magistrados aclararon que durante el juicio aceptaron la incorporación de nuevas pruebas como una manera de suplir las deficiencias de la investigación preliminar.

El fallo se conocerá el próximo 18 de diciembre y, según una información publicada en el diario La Gaceta, allí jueces no sólo harán mención a las pruebas y conclusiones a las que arribaron sobre la desaparición de Marita, sino que hablarán de la existencia de una red dedicada al negocio de la prostitución. Aunque concluyeron que no se pudo demostrar que la hija de Trimarco haya caído en esas redes, creen que de las declaraciones de las testigos se desprende que en la casa de Daniela Milhein y Alejandro González funcionaba una base de operaciones que captaba mujeres para luego trasladarlas a Río Gallegos o a La Rioja. Por eso, remitirán la sentencia a la fiscalía de Instrucción que corresponda, para que se investigue a Milhein y a González por una "eventual conducta criminosa".

Los jueces sí les dieron crédito a las declaraciones de las chicas que dijeron haber sido explotadas sexualmente en La Rioja. Para ellos, habría pruebas de que en las whiskerías "Candy", "Candilejas" y "Desafío" se ejercía la prostitución, en algunos casos de manera forzada. Los casos de las mayorías de las víctimas de ese negocio ilegal no han sido judicializados, con excepción del de Andrea R.