Todo el universo tiene principios que rigen su funcionamiento, desde los seres más simples y pequeños hasta los más grandes y complejos. El ser humano no es un ser que permanece aislado de dichas leyes, sino que es un microuniverso integrado y funcionando dentro de un macrouniverso.
Si nos ponemos a observar encontraremos mucha relación entre los cambios climáticos y las enfermedades del cuerpo humano. Así es como las enfermedades respiratorias son más frecuentes en invierno que en verano, las crisis asmáticas más en los días húmedos que en los secos, las diarreas más en los días de calor que en los de frío, los infartos cardíacos y cerebrales más en el solsticio de verano que en el invierno, las crisis reumatológicas más en el frío húmedo y así hay innumerables ejemplos. Por otro lado está la individualidad de cada persona, por lo que mucha gente ve afectada o favorecida su salud dependiendo si está en la montaña o a orillas del mar. Cabe recordar los hospitales para tuberculosos en las montañas de la provincia de Cordoba, donde hay un clima seco y soleado.
La cultura médica moderna está cada vez más alejada de este conocimiento y a pesar de haber logrado grandes avances en materia de diagnósticos y procedimientos quirúrgicos existe aún un gran vacío e ignorancia en cuanto a la prevención y tratamiento de muchas enfermedades agudas y crónicas. Es así que son cada vez más los que llegan a la adultez con enfermedades crónicas que no tienen ni tendrán nunca curación.
Por otro lado muchos de los tratamientos disponibles para dichas enfermedades son agresivos y poseen un gran espectro de efectos adversos severos.
Cabe citar como el tratamiento con fijadores del calcio indicados hace muchos años en la osteoporosis, conlleva un riesgo importante de cáncer de esófago, según recientes estudios. Este y otros ejemplos son cada vez más frecuentes.
Es un error pensar al ser humano solo como un chássis biológico, un chássis que puede ser subdividido en partes y tratadas cada una de las partes como si nada tuvieran que ver entre ellas y tampoco con el mundo donde viven.
La mayor dificultad es desconocer que el ser humano posee leyes de autocuración que rigen su vida.
La homeopatía es una medicina que tiene un modo de tratar respetuoso de la totalidad que somos, que tiene en cuenta como inciden los cambios climáticos en la salud, que puede modificar su curso antes de que sea tarde y se lesione el órgano, que no se conforma con la simple desaparición de un síntoma físico, sino que aspira a lograr un cambio de actitud del paciente y sobre todo alimenta esa capacidad innata que tiene el cuerpo de regenerarse y autocurarse.
Dr. Ignacio Torres
Médico Esp. en Medicina Familiar (CEMIC, Ministerio de Salud)
Medicina Naturista (Asociación Argentina de Médicos Naturistas)
Homeopática Unicista (Asociación Médica Homeopática Argentina)
www.ignaciotorres.com.ar