El jefe de los exorcistas de la ciudad desde 1995, Monseñor Angelo Mascheroni, señaló que su diócesis duplicó el número de especialistas -de seis a 12-, pero que los casos se han multiplicado tanto que ha conocido colegas que llegan a atender a 120 personas por día.
"Con tan poco tiempo, apenas podía ofrecerles una rápida bendición. Eso no es suficiente", dijo Mascheroni. Según su punto de vista, deberían atenderse no más de cuatro casos por jornada.
La línea telefónica estará habilitada de lunes a viernes de 14:30 a 17:00 horas y su servicio consistirá en guiar al interesado hacia el exorcista más cercano. "De esa manera no tendrá que viajar lejos", explica el prior, encargado de distribuir por la ciudad los centros de atención personalizada.
Pero ¿por qué ha crecido tanto la demanda para exorcizar a milaneses? Mascheroni explica que no se trata de personas poseídas por el diablo, sino que son básicamente padres que buscan ayuda para controlar a adolescentes descarriados.
Monseñor Angelo Mascheroni maneja un equipo de 12 exorcistas en Milán
"Habitualmente (los padres) están preocupados por un joven que no quiere ir a la escuela, o que está tomando drogas o rebelándose. En realidad, no se trata de un demonio, pero cuando alguien tiene 18 años no quiere que nadie le diga lo que tiene que hacer", resume el exorcista.
El problema se ha extendido tanto que Mascheroni redobló sus esfuerzos buscando evitar que "charlatanes" pongan en riesgo a las familias que buscan su colaboración para salir de un momento de crisis.
"Los magos piden dinero. Nosotros damos nuestro tiempo y nuestra bendición, pero gratis. No puede ser de otra manera", señala. En cuanto a casos realmente diabólicos, Monseñor no tiene mucho para detallar: "Son muy raros. Se trata en general de desórdenes mentales y psiquiátricos", concluyó.