En Perú actualmente existen 132 escuelas gastronómicas y más de 25.000 jóvenes estudian para ser chefs. El rubro genera cerca de 1.500 millones de dólares en ventas al año y aproximadamente 300.000 empleos. La cifra asciende a 4.500 millones de dólares y 5 millones de empleos si se suman las ferias que aglutinan a cocineros de todo el país.
"Lo que destaca a la cocina peruana es la estructura. Uno puede ir a cualquier mercado en Lima y seguro va a encontrar buen pescado", asegura el chef peruano Rafael Piqueras.
Además, señala que hubo un cambio cultural. "Antes había mucho machismo en Perú, y los hombre que querían dedicarse a la cocina tenían que hacerlo en secreto. Ahora hay cada vez más que estudian y trabajan de eso, y ya son más que las mujeres".
Reconociendo la importancia de la industria, el Gobierno ha tomado pasos para intentar conseguir que la Unesco considere la gastronomía peruana como un patrimonio intangible de la humanidad, un título que sólo lo han recibido la dieta mediterránea y las gastronomías francesa y mexicana.
Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) le otorgó a la comida peruana la primera edición del premio Patrimonio Cultural de las Américas por considerar que representa una importante contribución a la herencia del continente.
Mistura 2012, la feria gastronómica más importante de Perú, logró casi un millón de visitantes en su cuarta edición. De ellos, 14 mil fueron extranjeros motivados por probar las delicias peruanas, algo que se repite en países como España, los Estados Unidos, Chile y Argentina, donde cada vez son más los emprendimientos culinarios de ese origen.
"Lo que le falta a la cocina peruana para seguir creciendo es que los ingredientes puedan llegar a todas partes del mundo y sean iguales que aquí", concluye Piqueras.