El reconocido periodista venezolano Nelson Bocaranda adelantó, en su sitio web Runrun.es, algunos fragmentos del libro, donde María Lourdes Afiuni da detalles de los abusos que sufrió mientras estuvo en prisión y rememora la pesadilla que vivió luego de que el presidente ordenó que fuera condenada.
El autor de Afiuni, La Presa del Comandante, que será presentado el viernes, es el periodista Francisco Olivares, del diario El Universal. El libro, según Bocaranda, "provocará una reacción entre sus lectores que puede ir desde el estupor a la rabia, de la vergüenza a la protesta, de la sensación de impotencia a la angustia colectiva, del asco por un Gobierno forajido a un grito ante el mundo reclamando justicia".
La parte más dura del texto es donde la jueza confiesa, entre lágrimas, que fue abusada sexualmente en la cárcel:
(…) María Lourdes mira hacia el fondo de la sala como escrutando si su papá o su mamá están merodeando por allí. Al comprobar que no están y seguimos solos, en un tono muy bajo sigue el relato. "A mí me sacaron el útero, pero me encontraron seis miomas… Yo tuve una pérdida en el penal".
¿Cómo, por qué? Pregunto de un salto sin poder contener la reacción.
"La violación…"
Después de ese horrendo episodio, Afiuni debió ser operada por las lesiones que sufrió. En otro pasaje, cuenta que es la primera vez que hace pública esa confesión, aunque hay una persona que ya lo sabe: el presidente.
"Yo no sé si es bueno decirlo o no. Pero eso no lo sabe nadie, ese es un informe confidencial que nada más… ni mi familia lo sabe. Ni mi hija lo sabe. Lo tiene un abogado en Ginebra. A raíz de ese episodio fue cuando me enfermé y me sacaron el útero. Fue en la famosa enfermería. De hecho me estoy tratando con psicólogos. Pero eso es algo que tampoco quise llevar a la luz pública. Pero allí lo tenemos. A la única persona que se le entregó ese informe y que fue puesto en sus manos fue al presidente Hugo Chávez. Lo tiene Chávez y lo tiene la ONU".
Olivares también cuenta una golpiza que la magistrada sufrió por parte de otras internas, aunque la sospecha es que fue ordenada por los funcionarios de la cárcel.
De la golpiza le quedaron marcas de hojillas en las piernas, moretones y heridas en varias partes del cuerpo. Le dieron patadas. De ese ataque también se le originó una lesión en el vientre y en la vejiga que un año después requeriría de una operación.