El anuncio de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, en principio, era una clara victoria para Colombia. La sentencia indicaba que Nicaragua nunca había demostrado soberanía sobre el archipiélago de San Andrés y que, por lo tanto, Albuquerque, Serrana, Serranilla, Bajo Nuevo y Quitasueño, junto con los cayos Este-Sudeste, pertenecían al territorio colombiano.
Pero acostumbrada a dar fallos "salomónicos", en los que se busca satisfacer a las dos partes en litigio, la Corte decidió que la franja marítima de los alrededores de las islas -del lado occidental, el más cercano a Nicaragua- pasara a manos definitivas del Gobierno de Managua. La línea se ubica así más al Este del meridiano 82, usado como referencia en el tratado Esguerra-Bárcenas firmado por ambos países en 1928. Precisamente, el límite queda fijado en el meridiano 79.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, sostuvo que la resolución de La Haya era injusta. "Equivocadamente, en lugar de limitarse a trazar la línea en el área regulada por el tratado Esguerra-Bárcenas, resolvió extender dicha línea al norte y al sur del archipiélago. (…) No estamos de acuerdo con que la Corte se haya salido del ámbito cobijado por el tratado, que ella misma había declarado válido y vigente", sostuvo.
Su par nicaragüense, Daniel Ortega, lamentó los dichos de Santos. "Es un acto que muestra irrespeto total al derecho internacional, a la Corte, al pueblo colombiano, al mismo Estado colombiano, y se está irrespetando el mismo presidente, porque él había comprometido la palabra a su propio pueblo. Palabra que se compromete, palabra que se cumple. Esto nos preocupa", señaló.
Para Colombia, renunciar al territorio marítimo que fue declarado como nicaragüense por La Haya este lunes no es sencillo, a pesar de que conservará las valiosas islas de San Andrés, uno de los centros turísticos más destacados del Caribe. La situación causó tal controversia que los isleños, que viven de la pesca, exigieron la inmediata renuncia del defensor colombiano en la CIJ, Julio Londoño Paredes, según informa el diario El Tiempo.
La extensión del mar que pasará a manos de Nicaragua todavía no fue precisada, pero según se desprende del mapa, abarca los alrededores del archipiélago en disputa. Las 200 millas de la costa lindera al país pasarán definitivamente a manos de Managua, en cumplimiento con la soberanía marítima que dicta el derecho internacional.
"En el fondo, lo que nosotros buscábamos era tener acceso a la plataforma continental, nosotros veíamos esa zona del Caribe como de mucho interés económico y lo que buscábamos era eso, y yo diría que salimos extraordinariamente bien", manifestó el autor de la demanda presentada en la Corte el 6 de diciembre de 2001, Francisco Aguirre Sacasa, según el Nuevo Diario. "Es un territorio en el mar que podría ser casi el equivalente al territorio de nuestra república en tierra", agregó.
A Colombia le quedará una lengua de jurisdicción a la altura de las islas de San Andrés y Providencia, así como en un radio de solo 12 millas náuticas alrededor de los cayos colombianos de Serrana y Quitasueño, ricos en peces, langostas y caracoles. Pero las aguas en litigio no sólo son zonas de gran riqueza pesquera, sino que también disponen de importantes recursos petroleros aún sin explorar.
La cuenca del Caribe es rica en hidrocarburos y ya en 2002 Nicaragua había manifestado su interés en la explotación de la zona. En 2010, Colombia propició la exploración y explotación de uno de los yacimientos, cuando la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) puso a subasta dos bloques ubicados en San Andrés, que fueron adjudicados a la ex Repsol-YPF de Argentina y la estatal Ecopetrol, de acuerdo con el periódico El Heraldo.