Alfonso Severo declaró en el juicio por el crimen de Mariano Ferreyra

El testigo clave llegó custodiado a Comodoro Py. "Pedraza es uno de los principales responsables pero faltan unos cuantos más que todavía no están acá", aseguró. Antes denunció que recibió nuevas amenazas pero que seguirá "hasta el fondo"

Guardar
 DyN 162
DyN 162
 Télam 162
Télam 162

Alfonso Severo llegó esta mañana a los tribunales federales de Retiro para declarar como testigo en la causa por el crimen del joven militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra.

Se trata del hombre que denunció haber sido secuestrado durante 24 horas el día que debía presentarse por primera vez en el proceso que lleva adelante el Tribunal Oral en lo Criminal 21.

En su declaración, Severo relató lo que ocurría en Ferrobaires, donde según él "guardaban armas en la casa de un empleado" y responsabilizó al titular del gremio, José Pedraza, que está siendo juzgado por el crimen, por haberse convertido en un "empresario" en la década del 90 y no haber defendido a los trabajadores.

En ese sentido, indicó que Pedraza no defendió a los trabajadores cuando el ex presidente Carlos Menem dictaminó que "ramal que para, ramal que cierra".

Explicó que "las bandas armadas actúan desde hace mucho tiempo en el ferrocarril y que se trata de una "mafia enquistada", conformada con personas que seguían a Alberto Trezza, vinculado al "duhaldismo", explicó.

Respecto del crimen dijo que el día anterior, el 19 de octubre de 2010, se llevó a cabo una reunión entre ferroviarios en el Museo Ferroviario de Avellaneda, de la que él no participó. "Siempre se juntaban en el museo para generar algo", explicó.

"El 20 era impresionante el movimiento en ese lugar", declaró al explicar que lo llamó un dirigente y le dijo que se estaban congregando en Avellaneda para "sacar a los zurdos".

Severo relató que el día en que asesinaron a Ferreyra, su casa fue baleada por desconocidos, y que le dejaron un anónimo en el cual da cuenta de quién mató al joven militante. 

El testigo habló además de un empleado suyo en el ferrocarril apodado Muqueño, que vivía primero en un vagón y contó que en su casa la gente de la empresa guardaba las armas.

Había mucha expectativa sobre la información que Alfonso Severo iba a aportar ya que se esperaba que diera detalles sobre el manejo de las patotas del sindicato de José Pedraza y de las empresas ferroviarias que habrían actuado en complicidad y, en especial, en las "cuevas" donde la fuerza de choque de la Unión Ferroviaria habría guardado armas, antes y después del crimen.

Pero no aportó mayores detalles que en sus declaraciones durante la instrucción de la causa.

Severo declaró el 21 de octubre de 2010 ante la entonces fiscal Graciela Caamaño, y señaló varios lugares como centros de reuniones y de almacenamiento de armas de fuego, como Hornos 11, Hornos 97, el sector de Encomiendas y la Plataforma 14 de la estación Constitución.

En una segunda declaración testimonial, el 22 de octubre de 2010, Severo señaló que la Unión Ferroviaria también guardaría armas en el Museo Ferroviario Bonaerense, ubicado en Güemes al 600.

Severo arribó a Comodoro Py en medio de un gran operativo de seguridad, custodiado por gendarmes y protegido por un chaleco antibalas.

En declaraciones posteriores a la prensa, Severo afirmó: "Me voy conforme con las declaraciones mías, lo que pasa es que pensaba aportar mucho más pero el tribunal, aparentemente, necesita algunas otras cosas para seguir en la causa".

"Pedraza es uno de los principales responsables en todo esto, pero faltan unos cuantos más que todavía no están acá", concluyó.

Guardar