Virginia Woolf, una escritora inasible

Con la liberación de los derechos de autor, la mayor narradora inglesa reaparece en librerías con una enorme biografía escrita por una argentina. Irene Chikiar Bauer habla sobre la compleja vida de este ícono femenino que rompió con las convenciones de una época

Guardar
  162
162
  162
162

¿Quién le teme a 900 páginas sobre la vida de Virginia Woolf? No la autora de este libro, Irene Chikiar Bauer, quien dedicó siete años de investigación para publicarlo, ni tampoco seguramente quienes alguna vez quedaron impresionados con el talento singular de la escritora inglesa para transformar experiencias y sueños en unas de las más entrañables páginas de la literatura moderna. Los desafíos fueron varios para la biógrafa argentina, porque la misma figura retratada hizo de los momentos de una vida el leitmotiv de su obra, y a su vez se ha escrito ya mucho acerca de ella como para descubrir algo nuevo. Tampoco es habitual que aparezcan en nuestro idioma biografías sobre plumas consagradas del mundo anglosajón y menos aún con el nivel de detalle que aquí se exhibe, y que la autora sabe equilibrar con una prosa fluida y elegante. Acaso el antecedente de Victoria Ocampo, quien llegó a entablar una suerte de amistad con la célebre escritora de Al Faro y publicó en nuestro país sus diarios a través de la editorial Sur, haya posibilitado esta atípica labor con la que Chikiar Bauer logra una de las más completas biografías hasta la fecha.

La historia se inicia con los antepasados de Virginia, una combinación de nobles y piratas con la que ella se arma un mito biográfico, y prosigue con su infancia en Hyde Park Gate y el paraíso de Talland House que le brindaría impresiones duraderas que luego plasmaría en sus novelas. Criada en el seno de una familia victoriana de clase media alta, recién tras la muerte de sus padres logra la escritora liberarse y abrazar una vida más cercana a sus intereses en el nuevo hogar bohemio de Bloomsbury. Su matrimonio con Leonard Woolf, los conflictos y tragedias familiares, su amorío con Vita Sackville-West y su particular estado de ánimo  que la conduce al suicidio son algunos de los numerosos episodios que Chikiar Bauer trata en el libro. En una sucesión cronológica, también se sigue de cerca la preparación de las obras publicadas en vida y su posterior recepción por parte del público y de la crítica.

      

Infobae.com entrevistó a la especialista, quien comentó sobre la destacada narradora y su relación con el feminismo, el arte de la biografía y la vigencia de sus creaciones literarias.

¿Cuál fue el impulso que te llevó a escribir esta biografía?

De joven leí libros de Virginia Woolf que me habían gustado mucho e impactado de tal manera que, por ejemplo, una obra como Un cuarto propio, escrito en 1929, todavía tiene cosas que decirme. Con el tiempo encontré un libro que hablaba de la relación con su hermana, Vanessa Bell, y una biografía escrita por su sobrino –Quentin Bell- en la década del 70, que era muy interesante como testimonio de primera mano pero por otro lado una visión de lo que la familia quería mostrar acerca de ella. Yo quería ver lo que tenía para decirme Virginia a mí, y entonces empecé a reunir todo el material que se desprende de sus diarios, memorias y cartas, que además me llevaron a las memorias del marido o a las biografías que se han escrito sobre la hermana, que fue una pintora importante. Incluyendo de alguna manera todo eso llegué a escribir la biografía que a mí me hubiera gustado leer.

¿Qué dificultades presenta la biografía de una autora como Virginia Woolf cuya vida y obra están tan intrincadas?

La dificultad es la selección, por un lado, porque es tanto el material que cuando uno está apasionado con el trabajo quiere todo. Me encontré con una exorbitante cantidad de textos relacionados con ella. En Inglaterra y en esa época sobre todo, la gente escribía muchas cartas y memorias. Por eso es que me llevó siete años esta tarea, si bien me dediqué a otras cosas. Por otro lado, ella fue una escritora que teorizó mucho sobre las biografías, por lo cual otras de las dificultades o desafíos que yo tuve fueron los que ella misma planteó. Ella decía, por ejemplo, que la biografía además de dar la representación fidedigna de la personalidad tenía que dar cuenta de otra cosa. Si los hechos tienen la solidez del granito, la personalidad tiene lo intangible del arcoíris y una biografía debe presentar sutilmente esta amalgama.

¿Y qué aspectos de su vida te plantearon más interrogantes?

Hay dos temas muy debatidos en las biografías y ensayos sobre Virginia Woolf que son la sexualidad –el supuesto abuso de su hermanastro George y sus relaciones con mujeres- y las crisis mentales que la llevarían finalmente al suicidio. Hay que investigar y se llega hasta donde se puede con todos los materiales que hay disponibles, yo en el libro voy presentando un panorama con las distintas versiones y puntos de vista. Ella en sus cartas da cuenta de lo que va sintiendo y de sus crisis personales, por eso mi decisión de tomar año a año me pareció novedosa porque podemos seguir sus estados de ánimo y cada una de sus obras. En un libro titulado Flight of the mind, su autor, Thomas Caramagno, llega a diagnosticarle un trastorno bipolar y dice que con una medicación en esta época la podía haber pasado mucho mejor.

En el libro intercalás con frecuencia algún suceso biográfico con una determinada cita de sus libros. ¿Cuáles creés que son los límites de este paralelismo entre vida y obra?

Es evidente que sus obras están atravesadas por las mismas preocupaciones que ella tuvo durante su vida. El tema de las mujeres, por ejemplo, es muy sintomático. Ella fue alguien que no pudo ir a la escuela  -que entonces estaba reservada para los varones- y siempre sintió una discriminación por eso, fue una autodidacta y en sus novelas siempre está mostrando cómo son estas jóvenes sin educación. Pero también era una escritora a la que no le gustaba la autorreferencialidad, decía que un yo en la página manchaba toda la hoja. De cualquier modo, siempre se trata de creación y siempre que hay lenguaje se mediatiza la experiencia. Incluso cuando trabajás con una autobiografía no podés esperar que la persona que está dando cuenta de sí misma sea transparente. Aún así siguen interesándonos las biografías, las autobiografías y las autoficciones. Son textos que como lectores nos sigue interesando leer porque creemos que podemos llegar a un tipo de conocimiento que es siempre una aproximación, que nunca va a fijar nada. Ya lo decía Mrs. Dalloway y lo repito yo en el libro: "No podría afirmar de nadie que sea esto o aquello como tampoco me atrevería a decir de mí misma soy esto o aquello".

La relación de Virginia Woolf con el feminismo ha sido varias veces cuestionada. Hay quienes sostienen que no propuso cambios radicales. ¿Cuál es tu opinión?

Yo creo que es otra época, entonces uno tiene que tener en cuenta el entorno victoriano en el que Virginia crece y contra el cual finalmente se rebela. En Tres guineas habla de cómo las mujeres deberían incorporarse a todas las profesiones y los ámbitos que en ese momento todavía no estaban habilitados para la mujer pero de una manera distinta, sin responder a las mismas estructuras de los varones. Ella siempre tuvo mucho contacto con los distintos grupos feministas pero nunca tuvo una militancia, lo mismo que con el partido laborista. Creo que en algún punto, además de resguardarse para su escritura que era una cosa que le demandaba mucho, ella tenía un espíritu anárquico, de no pertenencia a un grupo determinado que tuviera unas reglas muy establecidas.

¿Cómo se podría contestar hoy la pregunta acerca de la relación de las mujeres con la novela que se formula en Un cuarto propio?

Hay cuestiones planteadas en ese libro que siguen siendo significativas en esta época. Si una mujer quiere escribir  tiene que tener acceso a la educación para ampliar su registro, familiarizarse con los libros y con distintos tipos de saberes. Además, es importante que pueda elegir libremente a qué dedicarle su tiempo. Aunque en principio parece que se trata de temas superados, creo que todavía muchas mujeres no cuentan con esas posibilidades. Por otra parte, como quiso Virginia Woolf, muchas hemos llegado a un momento en el que participamos de actividades, profesiones o tenemos estudios que antes nos habían sido vedados, y esa libertad de elección ha sido, como ella lo anticipó, positiva para la novela. Podemos decir que la mujer que escribe desde la libertad y la autonomía es, o está muy cerca de ser la gran escritora que Virginia Woolf vaticinó que aparecería si seguíamos trabajando, estudiando y escribiendo, cien años después de la publicación de Un cuarto propio.

Virginia Woolf. La vida por escrito. Por Irene Chikiar Bauer. Taurus. 952 páginas.