Un millar de individuos fueron monitoreados durante 20 años por un equipo de investigadores neocelandeses y anglosajones. La conclusión fue que un consumo regular y prolongado de marihuana, iniciado en la adolescencia, puede acarrear una alteración del desempeño intelectual. Concretamente, en el grupo que fumó cannabis durante todo ese tiempo de modo constante (al menos 4 veces por semana) se registró una baja del coeficiente intelectual (CI) de 8 puntos.
El resultado no es tan novedoso, puesto que alteraciones de la memoria, déficit de atención y concentración y falta de motivación ya habían sido señalados en adictos a la marihuana, la sustancia ilícita más consumida en el mundo, por estudios anteriores. Lo que pone en evidencia este trabajo, publicado el 27 de agosto pasado por la Academia Americana de Ciencias, es la vulnerabilidad del cerebro adolescente a esta droga y la irreversibilidad de los daños, que no desaparecen aunque se deje de consumir.
Si las conclusiones de esta investigación no son del todo sorprendentes, sí lo es la poca atención que les prestan las autoridades y el hecho de que el debate ideológico siga primando por sobre la preocupación sanitaria.
"Es asombroso como el juego de intereses creado y el buen manejo del narcocomercio han hecho un trabajo de márketing fantástico para la marihuana absolutamente disociado de la investigación científica", dijo Eduardo Kalina, psiquiatra especialista en adicciones, ante la consulta de Infobae.
"La información y los hallazgos del estudio no son nuevos, dice la doctora Carolina Bergoglio, jefa del Servicio de Salud Mental del Sanatorio Diquecito, ya que desde hace varios años se ha comprobado el impacto que tiene el uso crónico de la marihuana en el cerebro y principalmente sobre algunas funciones cognitivas como la memoria, la atención, la capacidad de aprendizaje, y el juicio. Pero a pesar de no brindar información nueva, es valioso ya que es el primer estudio prospectivo que intenta observar a los jóvenes antes de su primer uso de marihuana y de nuevo después de un uso a largo plazo, 20 años o más. El estudio también muestra que los que usaron marihuana en gran medida antes de los 18 mostraron deterioro mental, incluso después de dejar de consumir. Este hallazgo es consistente con la idea de que el consumo de drogas en la adolescencia, cuando el cerebro todavía está en desarrollo, puede tener efectos negativos y duraderos en el cerebro".
También Kalina dice que lo del informe no es totalmente novedoso: "En 1971, en la revista médica más prestigiosa del mundo, Lancet, los doctores Campbell, Evans y otros describieron las atrofias cerebrales que causa. En nueva Zelanda hicieron una experiencia muy valiosa porque siguieron por muchos años a los consumidores y eso les permitió confirmar lago ya sabido. Hace 3 ó 4 años, en larevista Adictions , se publicó que nuevos estudios mediante resonancia magnética nuclear cerebral muestran daños ultramicroscópicos que al comienzo no se ven".
El doctor Kalina detalla el daño que producen tanto el tabaco como la marihuana : "Se calcula que el cigarrillo contiene 4.000 sustancias, de las cuales 1.000 son conocidas y son todas tóxicos espantosos: alquitrán, benceno, 65 nitrosaminas carcinogenéticas, benzopireno (el agente del cáncer de pulmón), etcétera. Con la marihuana es exactamente lo mismo: es una marca de tabaco aún no registrada. Pero han logrado un márketing tan mentiroso que la gente dice 'la marihuana es natural', lo que es una gran tontería. El tabaco común, cuanto más profundo se fuma, cuánto más cerca del filtro, más nocivo es, porque la combustión dentro de los pulmones es lo dañino. En el caso de la marihuana se aspira el humo muy profundamente y de lo retiene. Eso duplica los hidrocarburos policíclicos aromáticos, como el benzopireno, todos cancerígenos. Cuando se absorbe y se retiene el humo, se están duplicando los efectos negativos a corto y a largo plazo".
¿Y qué hay del argumento de que esta droga tiene efectos medicinales?
"La marihuana –dice Kalina- tiene canabidoides -60 y pico ya conocidos - que son unos componentes químicos de los cuales es verdad que 2 ó 3, extraídos de ella como monosustancias tienen uso medicinal. Una de ellas es el dronabinol, comercializado en EEUU como medicamento bajo el nombre de marinol y se usa para la nausea y el vómito. Pero en ninguna manifestación pro marihuana piden marinol… A personas bajo quimioterapia se les suministra para combatir los efectos secundarios del tratamiento, pero en forma de pastillas, no les hacen fumar 'porros'…"
Kalina se queja también de la ligereza con la cual se divulgan mentiras sobre la marihuana: "La revista THC, que promueve la 'cultura cannábica' puede publicar cualquier cosa, por ejemplo el invento de que la marihuana sirve para curar el cáncer, el sida, el glaucoma, la apendicitis aguda… ¿y quién le va a decir algo? En cambio yo, en una revista médica, publico una mentira o una información distorsionada, y puedo perder mi título de médico. Lo que publica el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas (NISA) de los Estados Unidos tiene rigor científico. Por ejemplo, que a medida que se difunde más la marihuana, aumentan los casos de cáncer de testículos (seminoma) en jóvenes consumidores".
Los riesgos de la asociación de marihuana y alcohol son otro de los aspectos sobre el cual quiere alertar este especialista. "Cuando se fuma la marihuana, la droga permanece en el organismo unos 15 días, se va eliminando poco a poco, si la persona va fumando uno por semana, nunca está sin marihuana. Si por ejemplo consume un jueves y el viernes sale y toma alcohol, se pasa fácilmente en la bebida porque tiene un anti náusea en el organismo. Y uno de los reflejos que me indica cuando bebo de más es la náusea. Se dan tantas intoxicaciones de jóvenes que beben hasta reventar porque muchos de ellos están bajo el efecto de la marihuana. Entonces, lo que extraído y consumido como medicamento es un beneficio, fumado tiene pésimas consecuencias"
¿Por qué, cuando se debate sobre la despenalización de la droga, no se presta atención a estos estudios?
"Posiblemente, responde la doctora Bergoglio, el motivo por el cual se ignoran parcialmente o en su totalidad estos estudios puede ser debido a que la comprensión de los efectos a largo plazo de la marihuana en el cerebro aún es limitada. Puede ser que los efectos sean demasiado sutiles para poder ser detectados de manera confiable usando las técnicas actuales de neuroimagenes. Aunque estos estudios muestran algunas alteraciones consistentes en individuos que han consumido crónicamente, la relación de estos cambios con el funcionamiento cognitivo no es todavía muy clara. Pero aunque sea difícil comprobar el daño cerebral a través de estudios, en la práctica clínica se ve con toda claridad, especialmente en adolescentes, en el abandono prematuro de la escolaridad por desmotivación, bajo rendimiento y desinterés".
La doctora coincide con que está instalada ampliamente la idea de inocuidad de la marihuana, "pero no sólo en nuestro país sino a nivel mundial". "Considero que
esta situación -agrega-, ya que al menos en mi práctica diaria, los adolescentes consumidores de marihuana, sostienen que 'si fuera mala o perjudicial para el individuo, ningún gobierno la despenalizaría'. En ese caso, ¿qué le decimos a nuestros pacientes?".
"Vivimos en una sociedad donde el futuro ya no existe más -dice por su parte el doctor Kalina-, entonces cuando nosotros hablamos de consecuencias a nadie le gusta. Al señor presidente del Uruguay (José Mujica) le encanta decir las cosas que dice, que en el momento le parecen fantásticas pero no mide las consecuencias. Vargas Llosa es un charlatán pero sólo es escritor, ahora que un presidente no mida las consecuencias de lo que dice es más grave porque los próximos gobiernos van a tener que hacerse cargo de los daños que va a causar la liberación de la marihuana y de la cocaína, como ya sucede en otros países. Antes teníamos estadistas que miraban a futuro para crear una gran Nación; se pensaba a largo plazo y tenemos ahora a políticos cuyo pensamiento no pasa de la siguiente elección. Los políticos hablan de estas cosas y dejan de lado todo lo que la ciencia produce, a pesar de que la Presidente (Cristina Kirchner) habló hace poco de la importancia de incorporar lo científico. En cambio, las opiniones de un Vargas Llosa, de (George) Soros o de Milton Fridman, que son economistas, o las opiniones de músicos, son más importantes que las de los científicos".