Stevens, de 52 años, era un diplomático veterano de amplia carrera en el Departamento de Estado dependiente de Washington, que además de ser el embajador ante el nuevo gobierno de Libia, había actuado previamente en las negociaciones con el Consejo Nacional de Transición que se formó durante la guerra civil que terminó por derrocar a Muammar Khadafi.
Entre marzo y noviembre de ese año fue un nexo clave entre Washington y los rebeldes, y a partir del 22 de mayo de este año fue designado oficialmente como embajador, en una presentación que puede verse en YouTube en el video que acompaña esta nota.
"Ahora vuelvo a Libia para continuar con el gran trabajo que empezamos", señalaba Stevens, que planteaba reforzar el apoyo de los Estados Unidos "para que los libios alcancen sus metas".
Además de su tarea en Libia, Chris Stevens trabajó en Jerusalén, Damasco, El Cairo y Riad. Era, obviamente, un especialista en relaciones con los países de Medio Oriente, y también había servido en diferentes oficinas del Gobierno en Washington.
Antes de unirse a la oficina de Asuntos Exteriores en 1991, se desempeñaba como abogado en Washington DC, y había servido entre 1983 y 1985 como voluntario en los Cuerpos de Paz en Marruecos, enseñando inglés. Había nacido en California y se graduó en la Universidad de Berkeley en 1982. Hablaba árabe y francés.