La araña se encontraba en el canal que conduce al oído, varios centímetros adentro, lo que dificultaba mucho retirarla.
Los doctores debieron usar una solución salina para quitarla haciéndola ir con el flujo, porque de otra manera se arriesgaban a que se introdujera aún más o que la picara.
La única explicación que hallaron los médicos fue que el espécimen entró mientras la mujer dormía. Esa hipótesis se vio apoyada porque estaban llevando adelante reformas en el hogar, lo que favoreció la aparición de insectos y bichos de todo tipo.
"Todos los insectos tienen la sangre fría, por eso, en períodos de calor extremo devienen más veloces. A eso se debe que pueda haber más arañas que en veranos pasados", afirmó el entomólogo Jim Fredericks a la cadena estadounidense de noticias CNN.