Uno de los jóvenes presos torturados en Salta intentó suicidarse

Lo reveló la madre de Miguel Ángel Martínez, uno de los detenidos que fue víctima de apremios ilegales en una comisaría de General Güemes. Mañana declara el agente que registró el hecho con una cámara

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La provincia de Salta continúa conmocionada por una serie de hechos policiales que pusieron a la provincia en las portadas de los principales medios de comunicación.

Uno de los más resonantes es el de las torturas que sufrieron dos presos en una dependencia policial, las cuales fueron grabadas y difundidas el jueves pasado.

El hecho ocurrió entre junio y julio de 2011 y dejó con serias secuelas psicológicas a al menos uno de los afectados. Al menos eso contó la madre de Martínez, luego de que este fuera a declarar ante la Justicia.

"Las torturas ocurrieron cuando mi hijo estaba demorado en la comisaría de Güemes. El policía Gordillo le pegaba siempre, incluso una vez Miguel se quiso ahorcar", denunció Beatriz Palacios progenitora del torturado.

"Gordillo es quien se ve en el video colocándole una bolsa en la cabeza. Desde hace mucho que lo venían golpeando. Lo llevaban a río Mojotoro, le pegaban y lo amenazaban para que no dijera nada", apuntó la mujer en declaraciones difundidas por la prensa salteña.

Al momento del hecho, Martínez tenía 17 años y fue víctima de un brutal castigo junto a Mario Luis Rodríguez, ambos detenidos y oriundos de Gral. Güemes.

Por estos abusos fueron apresados el oficial Matías Eduardo Cruz; el sargento Marco Esteban Gordillo (líderes del grupo); y los subalternos Héctor Raúl Ramírez, Leonardo Esteban Serrano y Alberto Antonio Ontiveros.

A ellos hay que sumarles al policía Roberto Augusto Barrionuevo, quien está detenido por haber grabado los apremios ilegales que llevaron a cabo los representantes de la fuerza de seguridad.

El último aprehendido irá a declarar mañana ante el juez Pablo Farah y, según adelanta el diario El Tribuno, responsabilizará a sus superiores al manifestar que lo obligaron a registrar las torturas, bajo la amenaza de que si no lo hacía lo iban a someter a los mismos apremios.