En su blog alojado en la revista Slate, Bryan Lowder recogió algunas de las más raras comparaciones que se han utilizado para describir este fenómeno, que -de confirmarse-promete guiar a la humanidad para que responda sus enigmas más herméticos.
El bosón de Higgs no es algo con lo que la gente de a pie esté familiarizada. Y si explicar la importancia de su hallazgo suena difícil, precisar cómo luce es todo un desafío. Por eso no son de extrañar las analogías que surgieron.
La viscosidad es el tema favorito. Las explicaciones más populares son aquellas que han graficado el desarrollo por el cual las partículas adquieren su masa. Así, hubo quienes usaron imágenes de un algodón de azúcar, de la melaza e incluso de leche en mal estado.
Otras aproximaciones involucraron a figuras mundialmente conocidas. Peter Higgs, el hombre que le dio nombre a esta partícula, dijo que su preferida es la que brindó su amigo David Miller.
Según este físico, el proceso puede compararse con la ex primera ministra británicaMargaret Thatcher moviéndose por una habitación repleta, ganando masa mientras todos se congregan a su alrededor.
Similar idea eligió Burton DeWilde, doctor en Física y amigo del autor del artículo. Su imagen es particularmente didáctica.
DeWilde observa: "Imagine una habitación llena de físicos. De pronto, Albert Einsteinentra e intenta atravesar el lugar. Pero comienza a ser rodeado por los presentes hasta aumentar su masa. Ahora imagine que yo entro al lugar y, como un estudiante de bajo grado, no tengo problemas en caminar sin que mi masa se incremente. Ahora imagine que se corre un rumor entre los físicos que causa que todos se reúnan excitados en algún punto".
DeWilde explica que en esa imagen el lugar lleno de físicos representa el campo de Higgs; Einstein una partícula con mucha masa; él una con poca masa, y lo que ocurre con el campo cuando se excita es precisamente el funcionamiento del bosón.
El profesor Matt Strassler ofreció una analogía que evidencia la poca utilidad que tiene buscar una imagen para este fenómeno: el aire. Según él, intentar explicarlo es como enseñarle a un niño qué es el aire o a un pez qué es el agua. Sólo que estos en algún momento pueden ser conscientes de esos elementos, mientras que -dijo- el humano no lo será en el caso de la "partícula de Dios".