Nicolas Sarkozy: "Ser tratado de fascista por un comunista es un honor"

El actual presidente de Francia, y candidato a la reelección, sigue su acercamiento a la extrema derecha. Busca diferenciarse de su competidor, el favorito François Hollande, y captar a los votantes de Marine Le Pen

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En momentos en que se encontraba en un mitin político en un suburbio de París, acompañado por un público joven y de raza blanca, el jefe de Estado demostró que su esperanza de ganar esta segunda vuelta en las elecciones pasa por dividir al país, atacando a los inmigrantes, a su contrincante socialista y a los medios de comunicación.

Luego de que en los últimos días los medios Le Monde y Libération subrayaran su giro hacia la derecha más conservadora, Sarkozy aseguró: "Yo no hablo para los bobós (burgueses bohemios)". Al referirse a L'Humanité, que lo comparaba con el mariscal Philippe Pétain, afirmó: "Ser tratado de fascista por un comunista es un honor".

Durante el encuentro, el gobernante no sólo continuó sus diatribas contra los inmigrantes, sino que apuntó al proyecto presentado por el socialismo que les permitiría tener derecho a voto a los residentes extranjeros. También defendió "el derecho a la presunción de legítima defensa" para gendarmes y policías, un tema candente en ese país en este momento, ya que un uniformado está siendo juzgado por el homicidio de un hombre en circunstancias dudosas.

Tras conseguir el segundo lugar en las presidenciales del pasado domingo, el mandatario intensificó la retórica de derecha para atraer a los votantes de Marine Le Pen, la representante de ese sector que se quedó con un importante tercer puesto. También Hollande intentó seducir a ese electorado, pero la candidata del Frente Nacional finalmente decidió dar libertad de voto a sus seguidores.

El candidato socialista es el favorito para esta segunda vuelta electoral, prevista para el 2 de mayo y que según las encuestas le daría casi el 60% de los votos.