Polémica en el PRO por el acercamiento de Carlos Grosso a Macri

El ex intendente menemista forma parte de una mesa política que asesora al jefe de Gobierno porteño. Pese a que son "charlas informales", un sector del macrismo rechaza su llegada. En 1992, debió renunciar a la intendencia de Buenos Aires por varios escándalos de corrupción

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La obsesión de Mauricio Macri por construir el camino que lo deposite con chances concretas en las elecciones presidenciales de 2015 genera cierto ruido en las heterogéneas filas del PRO.

Pero la última movida parece levantar más polvo que lo habitual: al parecer, el ex intendente Carlos Grosso estaría ganando espacio en una especie de "mesa política" asesora del actual jefe de Gobierno porteño.

La relación entre Macri y Grosso no es nueva. Se conocen desde hace más de 30 años, cuando el ex menemista dejaba el grupo Socma, la empresa de Franco Macri, casi al mismo tiempo que Mauricio daba sus primeros pasos empresariales. Pero siguieron en contacto, y la relación se estrechó a principios de este año.

Al parecer, Macri le dio un lugar de privilegio a Grosso en esa "mesa política" asesora, que ya se reunió al menos tres veces en lo que va del año. Ese reducido grupo está formado por Nicolás Caputo (íntimo amigo de Macri), Horacio Rodríguez Larreta, Marcos Peña, el asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba y el exitoso emprendedor Andy Freire.

Y ese espacio que va ganando Grosso en el armado político del PRO genera fuertes divisiones internas: mientras hay un sector que aprecia la llegada de Grosso, y lo ve como muy importante en el armado hacia el 2015, a otro sector le genera escozor pensar en la presencia del ex menemista en las filas del macrismo.

Otro dato llamativo es que en esa "mesa chica" no participa Emilio Monzó, el armador político de Macri.

La historia política de Grosso no es un deleite de virtudes: en 1992, tres años después de que Carlos Menem lo designara intendente de la ciudad de Buenos Aires, debió renunciar en medio de una serie de escándalos por presuntos hechos de corrupción.

Enfrentó 40 causas penales: por la concesión del Campo Municipal de Golf y del Velódromo de Buenos Aires -por lo que estuvo ocho meses preso, en 2002-, o la conocida como "escuela shopping", por la que fue "sobreseído definitivamente" recién a fines de 2011.

En 2001 tuvo un regreso fugaz: fue jefe de Gabinete de Asesores durante la breve presidencia de Adolfo Rodríguez Saá, pero debió renunciar aún antes que el Presidente por un cacerolazo.