A 31 horas de que comenzara el asedio, el ministro del Interior Claude Guéant ha confirmado a la prensa que Mohammed Merah ha muerto durante el operativo policial que se realizó en su vivienda. Según explicó, la Policía entró por la puerta y por la ventana. El sospechoso se escondía en el baño, y abrió fuego contra los uniformados que trataban de reducirlo. Después, según la versión oficial, saltó por la ventana, todavía disparando. Le Monde ha señalado que Merah vivía en un primer piso.
Por otra parte, Guéant confirmó que son dos los policías que están heridos, y no tres. La vida de ninguno de ellos está en peligro. El ministro dijo también que los agentes trataron de protegerse de los disparos de Merah, pero que al final éste saltó por la ventana mientras seguía disparando. Después fue encontrado muerto en el suelo.
Se sabe también que la policía introdujo dentro del departamento de Merah dispositivos de vigilancia electrónica y cámaras de video para verificar dónde estaba el sospechoso, pero que no pudo encontrar nada.
El abogado de Mohamed Merah, Christian Etelin ha denunciado que "no se ha hecho nada para ayudarlo a recuperar el diálogo", en declaraciones a Le Monde, e indicó que el fin del asedio es "el resultado lógico de la estrategia adoptada" por la policía. "Cercándolo cada vez de manera más radical, y sacándolo de la realidad, no se podía hacer nada para restablecer el diálogo", dijo.
Opina distinto el candidato socialista a la presidencia de Francia, François Hollande, que tras felicitar a la policía, ha dicho que la muerte de Merah "pone término a una insoportable agonía. Este asesino ha mostrado su extrema peligrosidad". A juicio de Hollande, "la lucha contra el terrorismo es un combate continuo, que no admite relajación. la República es más fuerte, ésa es la lección que debemos sacar en estos momentos".
El presidente Nicolas Sarkozy, por su parte, dará una conferencia de prensa a las 13:00, hora local.
Mohamed Merah, quien reconoció ser el autor de los siete asesinatos, había dicho que se entregaría en la tarde del miércoles y luego dijo que lo haría a última hora de la tarde. Pero cuando las autoridades trataron de contactarse con él por walkie talkie, entró en otra lógica: "Ha declarado que quería morir con las armas en las manos", explicó el ministro de Interior, Claude Guéant. "Desde entonces, y a pesar de los esfuerzos para restablecer el contacto por la radio y a viva voz, no ha habido ningún contacto, ninguna manifestación por su parte", agregó.
Las negociaciones se prolongaron por más de 30 horas. Durante toda la noche del miércoles al jueves, los comandos de élite de la policía francesa desarrollaron operaciones de desgaste para impedir que descanse, haciendo estallar varias cargas explosivas en las ventanas.
La versión digital del periódico francés Le Monde indicó previamente que la policía ha encontrado explosivos en el automóvil de un hermano de Mohammed Merah, y que el sospechoso de la matanza de Toulouse "se disponía a matar de nuevo" el miércoles por la mañana, según afirmó una representante de la comunidad judía de la región, Nicole Yardeni, al salir de una reunión con el presidente Nicolas Sarkozy.
Mohammed Merah, francés de origen argelino, era vigilado desde hace un año por los servicios secretos por sus contactos con medios salafistas. Cuando la policía acudió a detenerlo en la madrugada del miércoles, el joven los recibió a tiros, hiriendo de poca gravedad a dos agentes del cuerpo de elite RAID. Desde que se atrincheró, hubo al menos tres intentos de la fuerza de seguridad por ingresar a su refugio, que fueron repelidos.
Mecánico chapista en un taller de Toulouse, Merah trató dos veces de ingresar en las Fuerzas Armadas, la primera en 2008, sin éxito, según informó Libération. Christian Etelin, abogado de Merah desde "2004 o 2005", dijo a la televisión que el atrincherado estaba en una "situación terrible" en la que, si no se entregaba a las autoridades, temía "un comportamiento imprevisible" que hiciera que o muriera o se suicidara.
De carácter tranquilo y apacible, el joven entró hace tiempo en contacto con medios salafistas, pero ahora se ha desmentido que estuviera preso en Afganistán, como se afirmó en un principio. Un vocero de la provincia meridional de Kandahar, Zalmai Ayubi, señaló que el error en se debe a que hubo una confusión entre los nombres del presunto asesino, Mohamed Merah, y de otra persona llamada Mir y que sí pasó por la cárcel afgana.
Pero en Francia, Merah sí fue condenado a pasar un mes en prisión. Fue a finales de febrero, por conducir sin su licencia, y además tenía una cita en abril con un juez para acordar cuál sería su sanción.
Siete personas fueron asesinadas a sangre fría en Toulouse y Montauban desde el 11 de marzo. Primero, un paracaidista, Imad Ibn Ziaten, que acudió a una cita que le dio un hombre en scooter para comprarle una moto. Luego, dos paracaidistas de Montauban, Abel Chennouf y Mohamed Legouade, tiroteados en una acera de esa ciudad, mientras que otro resultó herido de gravedad. Los tres soldados asesinados son de origen magrebí.
El horror llegó a su punto culminante cuando el hombre atacó el lunes la escuela Ozar Hatorah de Toulouse y mató a un rabino, Jonathan Sandler, de 30 años, sus dos hijos, Gabriel y Arieh, de 4 y 5 años, y a la pequeña Myriam Monsonego, de 7 años, hija del director de la escuela. El hombre se desplazaba en moto y ejecutó a sus víctimas a quemarropa.