La disputa entre Argentina y Gran Bretaña por la soberanía de Malvinas se avivó esta semana con el bloqueo que sufrieron dos cruceros turísticos que no pudieron amarrar en Tierra del Fuego, por decisión del gobierno provincial.
Esto provocó provocó la reacción de las autoridades británicas, que consideraron "triste", "frustrante" y "completamente injustificado" que Argentina negara el sábado la entrada en el puerto de Ushuaia a dos buques británicos procedentes de las Islas Malvinas.
La decisión además generó un gran malestar entre los operadores turísticos de la región, que expresaron públicamente su molestia porque consideran que esta acción perjudica a la actividad.
Sin embargo, las autoridades locales ya anunciaron que no piensan dar marcha atrás, e incluso advirtieron que si el barco Star Princess vuelve el 8 de marzo, volverá a sufrir la misma prohibición cuando quiera embarcar.
La posición inflexible del gobierno de Tierra del Fuego queda bien representada por la enorme bandera que apareció colgada en la zona portuaria.
De color blanco, la pancarta tiene en un extremo los colores de la bandera inglesa; en el otro, la figura de las Malvinas con los colores celeste y blanco; y en el centro dice: "Prohibido el amarre de los buques piratas ingleses".
La decisión de no recibir a cruceros de armadores británicos con banderas de conveniencia también provocó adhesiones totales, como la del secretario general del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación Fueguina, Raúl Arce, quien pidió extender el alcance de la prohibición: "La medida debería ampliarse a todas las embarcaciones turísticas que antes de llegar a la capital fueguina toquen puerto en las Islas Malvinas".