La nomofobia, la enfermedad del siglo XXI

Sentir que el teléfono móvil vibra cuando ni siquiera lo tiene encima, estar "estresado" porque se quedó sin batería o perdió la señal son algunos de los síntomas de esta nueva patología que va en ascenso

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 AP 162
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La nomofobia -una palabra que surge del inglés no mobile phobia (fobia a estar sin móvil)- es el miedo irracional que sienten algunas personas cuando algo les impide interaccionar con su celular.

Recientemente un estudio británico reveló que en Reino Unido ya la sufre el 66% de la población, lo que supone un aumento del 53% en relación a un sondeo realizado hace cuatro años, informó BBC Mundo.

La patología se identificó por primera vez en 2008 y los expertos señalan que quienes la padecen experimentan una gran ansiedad cuando se dan las siguientes situaciones: pérdida de celular, batería o crédito agotado y falta de señal.

El primer estudio que dio la voz de alarma sobre este fenómeno lo llevó a cabo el gobierno británico hace cuatro años, con el fin de investigar las ansiedades que sufren los usuarios de telefonía móvil.

En ese entonces se registró que un 56% de hombres y un 48% de mujeres sufrían esta fobia y que un 9% se sentía "estresado" cuando su aparato se apagaba.

La investigación actual, elaborada por la empresa de dispositivos de seguridad para celulares SecurEnvoy, reveló que la cifra de afectados aumentó en el país.

Tras encuestar a unas 1.000 personas, se constató que el 77% de los individuos con edades comprendidas entre los 18 y los 24 años sufrían nomofobia, mientras que en la franja de edad que va de los 25 a los 34 años, la incidencia fue del 68%.

Es más, el sondeo descubrió que un 41% de los encuestados cargaban con ellos dos celulares para así nunca quedarse "desconectados".

Pero la nomofobia despierta debate en el mundo de la psicología. Para Francisca López Torrecillas, experta en adicciones de la Universidad de Granada, "todavía no se puede considerar una enfermedad". "Es más bien un síntoma de la adicción al móvil", señaló.

Explicó que un nomofóbico no puede imaginar salir a la calle sin él y además invierte un mínimo de cuatro horas diarias consultándolo por motivos ajenos al trabajo.

Ese tipo de persona, además, "suele tener baja autoestima, ser introvertido y en su tiempo libre sólo usa el celular, algo que va unido a no tener otras actividades de ocio", agregó.

Esta fobia fue vinculada por otros especialistas a la adicción a la tecnología, más precisamente con la necesidad de revisar constantemente cada mensaje, alerta o sonido que genera el teléfono

A principios de este año un equipo de investigadores de la Universidad de Worcester en Reino Unido, determinó que esta ansiedad permanente -resultado de estar siempre conectados- eleva considerablemente los niveles de estrés.

Paradójicamente, el malestar era mayor cuando el celular se usaba más para fines personales que laborales.

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