Facebook, trinchera de la primavera árabe

Pese a que Mark Zuckerberg minimizó el rol de la red social en las revoluciones, manifestantes de varios países destacaron su uso como herramienta de organización y espacio de debate contra la censura  

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Luego de muchos años de protestas esporádicas reprimidas, activistas de Túnez, Egipto, Libia y hasta de Bahrein encontraron en Facebook y otras redes sociales una herramienta rápida, anónima y eficaz para organizarse.

Las redes sociales "dieron por primera vez la posibilidad a los militantes de extender rápidamente la información esquivando las restricciones gubernamentales", explicó Hussein Amine, profesor especializado en medios de comunicación en la Universidad estadounidense de El Cairo.

Los ciber-militantes consideran que se necesita más que Facebook para derrocar a un dictador, pero están de acuerdo en que las redes sociales ayudaron a mantener el impulso de los levantamientos que terminaron con las dictaduras en Túnez, Libia y Egipto, y continúan sacudiendo a la región.

En Túnez, donde la inmolación de un vendedor callejero desató las primeras manifestaciones en diciembre de 2010, las informaciones sobre las movilizaciones se extendieron como reguero de pólvora a través de las actualizaciones de los estados de los disconformes en Facebook.

Poco después de la caída del presidente tunecino, Zine el Abidine Ben Alí, el 14 de enero de 2011, un grafiti en el que se lee "¡Gracias Facebook!" apareció en la emblemática avenida Bourguiba en el centro de la capital.

En Egipto, los militantes recurrieron a páginas ya existentes para llamar a los levantamientos contra el régimen del 25 de enero de 2011 -especialmente la "página del 6 de abril en apoyo a los trabajadores" y la de "Todos somos Khaled Saïd", el nombre del hombre muerto por la policía y convertido en símbolo de la lucha contra los actos violentos de las fuerzas gubernamentales.

Y tras la caída de Hosni Mubarak, un manifestante que reclamaba la salida del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas, a la cabeza del país desde la partida del presidente en febrero de 2011, levantó una pancarta en la que se leía "Facebook para todos los tiranos".

Los regímenes dictatoriales midieron rápidamente la amenaza que representaban las redes sociales y se esforzaron por bloquear el acceso a internet, especialmente en Egipto, Libia y Siria, donde los cortes fueron recurrentes especialmente el viernes, día de movilización.

Pero el director y cofundador del sitio, Mark Zuckerberg, minimizó el rol del portal en las revoluciones. "Facebook no era ni necesario ni suficiente para desatar esos acontecimientos", estimó en marzo durante un encuentro del G8 en París. "Sería extremadamente arrogante que una empresa tecnológica cualquiera se atribuya el mérito" de los levantamientos en el mundo árabe, añadió.

"A nivel de su capacidad de movilización, fue una herramienta muy importante pero no un factor clave", dijo Ihab el-Sakkout, consejero de medios de la organización humanitaria Oxfam para Medio Oriente. "No nos olvidemos que internet en Egipto, por ejemplo, fue cortado en los días cruciales de la revolución, lo que sin embargo no tuvo ningún efecto sobre su éxito", agregó.

Según él, "la principal contribución de los medios sociales a las revoluciones árabes fue ser ese espacio virtual donde la gente -fuera del pequeño número de militantes endurecidos- comenzó a encontrar sus voces revolucionarias y estaba habilitada a expresarse".

Hoy, los regímenes que temían por el impacto de las redes sociales empezaron a ver su potencial y a usarlos para su propio beneficio. En Egipto, una de las páginas de Facebook más visitadas es la del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas, que cuenta con cerca de 1,7 millones de miembros.

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