Kim Schmitz, alemán de nacimiento pero que desde hace un año tiene carta de residencia en Nueva Zelanda, es conocido como "Kim Dotcom", "Kimble" o "Kim Jim Vestor", sus alias preferidos.
Su pasión por el lujo lo impulsó a intentar adquirir, sin éxito y por 25 millones de dólares, la vivienda de Coatesville que al final alquiló para resarcirse de la desilusión que sufrió al no poder comprarla a causa de las trabas que le puso la Administración neozelandesa.
Poco dado a relacionarse con extraños, solía salir poco de su "Dotcom Mansion", en las afueras de Auckland, y cuando lo hacía, era con escolta y en alguno de los lujosos automóviles que colecciona, desde un Rolls Royce descapotable a un Cadillac de 1950 de color rosa.
A pesar de la decepción, Schmitz invirtió después unos 8 millones de dólares en la adquisición de bonos del Tesoro y, según la prensa, donó una cantidad indeterminada de dinero para asistir a los damnificados por el terremoto que sacudió Christchurch en febrero de 2011.
Al fundador de Megaupload, Megavideo y Megalive, filiales de su grupo Megaworld, con sede en Hong Kong, le gusta rodearse, en sus apariciones públicas, de bellas modelos contratadas y jugar al golf en los verdes campos de Nueva Zelanda, país que para él es "un raro paraíso en la Tierra".
En 2001, siendo aún Schmitz, gastó 375 mil dólares en la compra de acciones del portal de ventas en Internet LetsBuyIt cuando éste se encontraba al borde de la quiebra. Y tras anunciar una inversión de 50 millones de dólares, que no hizo, el precio de las participaciones subió como la espuma, tanto que al venderlas se embolsó por éstas 1,5 millones de dólares. Por ese negocio fraudulento, fue detenido en Tailandia, deportado a Alemania y condenado a 20 meses de cárcel y una multa de 100 mil euros.
"Dotcom" afronta una pena de hasta 55 años de cárcel en el caso de que sea deportado a los Estados Unidos y declarado culpable de los delitos que las autoridades de este país le imputan. La Justicia estadounidense considera que a través de Megaupload, "Dotcom" y los otros ejecutivos acusados lograron beneficios por unos 175 millones de dólares.