Las parejas estables tienen tres veces más relaciones sexuales en verano que en invierno, al igual que los hombres solteros, mientras que las mujeres sin compromiso están cerca de duplicar los encuentros amorosos en la estación calurosa, reveló una investigación realizada en Uruguay.
Según el estudio, el 55 por ciento de los consultados consideró que el mejor descanso en la noche en esa época del año es el factor más determinante del incremento de los encuentros sexuales.
Un 34 por ciento de los participantes respondió que la mayor frecuencia sexual en el verano se debe a un menor nivel de estrés, y un 11 por ciento dijo que en esa estación es cuando logra encontrar más momentos para tener sexo.
"Las circunstancias son favorables, hay mayor predisposición a desatar la pasión y las ocasiones para el encuentro sexual se multiplican", afirmó Santiago Cedrés, sexólogo clínico y director técnico de la Clínica Plenus de Montevideo, quien encabezó el estudio. Cedrés dijo a Reuters el lunes que no conoce de investigaciones previas similares.
La investigación incluyó a 115 parejas estables heterosexuales con integrantes de entre 25 y 55 años y a 50 hombres y 50 mujeres sin pareja de entre 20 y 35 años. Las parejas estables, definidas para el estudio como aquellas con entre uno y tres años de relación, aumentan a 3,2 las relaciones sexuales por semana en enero, el mes de mayor calor en el verano austral; mientras que en julio -pleno invierno para el hemisferio sur-, la frecuencia se reduce a 1,1.
En el caso de los hombres solteros, los actos sexuales semanales se multiplican hasta por 3,5 en comparación con los meses fríos, mientras que las mujeres sin compromisos incrementan su frecuencia en 1,5 veces.
La diferencia entre hombres y mujeres, según Cedrés, radica en que mientras la libertad sexual masculina está bien vista, la mujer continúa sufriendo cierta censura social. "Eso pasa menos cada vez, pero todavía quedan esos estigmas", dijo el sexólogo a la revista uruguaya Galería, que difundió el estudio.
Los menores compromisos laborales y la disminución en el cansancio son factores que inciden en la frecuencia sexual, que en invierno puede quedar exclusivamente para los fines de semana, asegura el médico en la investigación.
Las parejas jóvenes, además, tienen mayor facilidad en verano para mantener relaciones sexuales sin interferencias, mientras que en los mayores, la ausencia de los hijos en la casa por una mayor vida social incrementa el tiempo que pasan solos.
La mayor producción de hormonas, como testosterona, serotonina y endorfinas, que se produce en verano, vinculada con la libido y la sensación de placer, también es un factor influyente, agrega la investigación, que se llevó a cabo en julio-agosto de 2010 y enero-febrero de 2011. Los casos fueron elegidos al azar entre personas sin disfunciones sexuales.