Mansor Arbabsiar, detenido en Nueva York, y Gholam Shakuri, quien se encuentra presuntamente en territorio iraní, son los imputados por conspiración contra el embajador saudita. De acuerdo con las informaciones dadas a conocer por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, ambos pertenecerían a la fuerza especial Qods.
Se trata de una unidad de las Guardias Revolucionarias iraníes que, según trascendió meses atrás, canaliza el intento de Teherán de aumentar su influencia en América Latina. De acuerdo con el periodista especializado Pepe Eliaschev, "es el organismo militar que funciona como brazo subversivo de la Guardia Revolucionaria en varios lugares del mundo, donde despliega acciones o logística al servicio de operaciones terroristas comúnmente antioccidentales y especialmente antijudías".
Los Guardias Revolucionarios son una rama del ejército de Irán, fundada luego de la Revolución Islámica. Cuenta con 125 mil miembros activos, incluyendo el personal de tierra, aire y las fuerzas navales. Su influencia ha sido utilizada en los asuntos de orden social, político, militar y económico durante la administración de Ahmadinejad, especialmente en las elecciones presidenciales de 2009 y en la represión de las protestas posteriores.
De acuerdo con una investigación periodística reciente, el comandante de la fuerza, Qassem Soleimani, nombró 150 posiciones de staff en América Latina durante 2011, incluyendo tanto cargos burocráticos como operativos. Especialistas sospechan que el régimen integrista destinaría parte de esos fondos a financiar acciones de la unidad de operaciones internacionales de Hezbollah en la región.
El régimen de Ahmadinejad ve a América latina como un escenario de enorme potencial para sus intereses por lo que destinó recursos a la altura de ese diagnóstico: la nada despreciable suma de 4.500 millones de dólares sólo para fortalecer su influencia y operaciones en América del Sur.
La operación cuenta con el aval del líder religioso de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, y está siendo implementada por dos comandantes poderosos de la máquina militar de Ahmadinejad, el jefe de la Guardia Revolucionaria, Mohamed Alí Jaafri, y el de la Fuerza Qods, Soleimani.
Dentro de este plan estaría incluida la construcción de una base militar en Península de Paraguaná, ubicada en la costa venezolana, a 120 kilómetros de Colombia, por un acuerdo secreto entre Hugo Chávez y Mahmoud Ahmadinejad, negado por ambas partes, y del que dio cuenta el diario alemán Die Welt en su edición del 25 de noviembre de 2010. Según Die Welt, ingenieros de la firma de construcción Khatam al-Anbia, de propiedad de la Guardia Revolucionaria iraní, esta base, con plataformas para lanzamientos de misiles de mediano alcance, incluirá un sofisticado sistema para prevenir ataques aéreos a Venezuela, así como operaciones comando y estaciones de Inteligencia enemigas. La participación militar iraní en este proyecto, además de la construcción de silos con profundidad de 20 metros para los misiles, incluye la edificación de búnkers, barracas y torres de vigilancia.
"El costo del proyecto será pagado con dinero producto de la venta de petróleo iraní. Teherán ya pagó en efectivo por la fase preliminar del proyecto y el costo total se calcula en docenas de millones de dólares", escribió el periódico alemán.