Las hijas de un narco del cártel de Cali lideraban un "cartelito" en España

La red fue desarticulada en una operación con 22 detenidos. Entre ellos se encuentran las dos líderes, hijas del histórico capo narco Martín Fernando Varón, alias "Martín Bala", que controlaba la organización desde Colombia

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 EFE 162
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En esta operación, la Policía española intervino 150 kilos de cocaína de gran pureza.

Se trata de una compleja organización familiar que hacía llegar la droga a España desde Colombia y Panamá y, tras venderla, enviaba el dinero obtenido a esos países, fundamentalmente a través de transferencias hechas desde locutorios, según fuentes policiales.

De hecho, entre los 22 arrestados se encuentran las dos líderes de la red en España, hijas de Martín Fernando Varón, alias "Martín Bala", quien participó activamente en la guerra del narcotráfico que tuvo lugar en Cali entre 2002 y 2005.

El comisario jefe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de Madrid, José Luis Conde, especificó que en España este "cartelito" -cártel pequeño, ya que trabajaba en pequeña escala en comparación con los cárteles colombianos- estaba liderado por dos de las hijas de "Martín Bala", Ingrid y Maribel Varón Cadena.

La primera lideraba las operaciones de venta de droga y la segunda, el blanqueo.

De los 22 arrestados, la mayoría son familiares y siete están acusados de tráfico de drogas; el resto se dedicaba supuestamente al lavado de dinero.

El grupo criminal estaba perfectamente organizado y jerarquizado, basado en la lealtad de sus miembros debido a sus vínculos familiares, y habría blanqueado un millón de euros en los últimos seis meses, según las pesquisas policiales.

En el transcurso de lo que la Policía considera un complicado y sofisticado entramado, la droga salía en barco de Colombia o Panamá y desembarcaba en algún punto del norte o del centro de Europa, desde donde se transportaba en vehículos a España.

Esto supone una novedad con respecto a épocas anteriores, en las que la droga llegaba a los puertos españoles, y se debe a que las costas de España ya no son seguras para los narcotraficantes, según destacó Conde.

La droga se vendía en transacciones en las que se buscaba la máxima seguridad, gracias en parte a que los miembros de la banda utilizaban mensajería encriptada en los teléfonos móviles, cambiaban constantemente de número de teléfono o utilizaban simultáneamente dos o más terminales para no ser descubiertos.

Una vez conseguido el dinero, se enviaba a Colombia y a Panamá, fundamentalmente mediante transferencias hechas en locutorios por personas denominadas "pitufos" en el ámbito policial, que son las que se llevan una comisión por hacer reembolsos de dinero de este tipo, en este caso, ganando unos 50 euros por cada 3 mil euros enviados.

La investigación policial comenzó hace siete meses, cuando se tuvo conocimiento de que dos ciudadanos colombianos residentes en la localidad madrileña de Valdemoro podrían estar organizando un importante envío de cocaína desde su país de origen, y posteriormente se comprobó que pertenecían a una red criminal familiar dirigida desde Colombia.

A principios del pasado mes de septiembre, se supo que se iba a producir una importante entrega de droga en la localidad vecina de Parla y, finalmente, la Policía abortó una entrega de cocaína que se iba a realizar en un centro comercial, en el que detuvieron a dos personas y se incautaron de 65 kilos de cocaína.

A continuación registraron tres viviendas en Valdemoro, en las que se intervinieron otros 85 kilos de estupefaciente junto a 32 teléfonos móviles, cuatro ordenadores personales y numerosos objetos para manipular, prensar y empaquetar la droga.

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