Esto demuestra que fumar estaría alterando la salud sexual de los hombres que se consideran buenos amantes, y no sólo de aquellos con impotencia. "En los hombres más jóvenes, los riesgos del tabaquismo parecen más lejanos. Ellos piensan que no tienen que preocuparse hasta dentro de unos años", dijo el autor del estudio, Christopher Harte, del Sistema de Atención Médica de Asuntos de Veteranos de Boston.
Los resultados, dijo, "todavía no son definitivos". Pero, "independientemente de si son aplicables todos los hombres que fuman o no, (el objetivo es) informar a la población masculina para influir en su decisión de empezar a dejar de fumar". Harte y la coautora Cindy Meston, de la University of Texas, en Austin, reunieron a 65 hombres sin impotencia percibida en un programa de ocho semanas para dejar de fumar con parches de nicotina.
Antes del tratamiento, a mitad del programa y unas semanas después de completarlo, llevaron a los participantes a un laboratorio y les mostraron una película subida de tono.
Mientras, los hombres registraron el nivel de excitación y un dispositivo midió cuánto se modificaba el tamaño de su pene.
Además, los participantes respondieron encuestas sobre la función sexual habitual, el deseo y la satisfacción sexual. Al final del estudio, 20 hombres no habían fumado por lo menos durante la última semana y 45 seguían fumando. En los que habían dejado de fumar se registró un mayor aumento del tamaño del pene (medido según el diámetro) que en los fumadores.
Además, aquellos hombres habían alcanzado antes su nivel máximo de excitación que los que seguían fumando. Aun así, los que habían dejado de fumar no informaron una mejoría sexual en la vida real, según publican los autores en British Journal of Urology International.
Es posible, agregan, que esa mejoría percibida en el laboratorio demore en llegar a la vida real. "Existen pruebas bastante sólidas de la relación entre el tabaquismo, como factor de riesgo, y la disfunción eréctil", dijo la doctora Lydia Bazzano, del Centro de Ciencias de la Salud de la Tulane University, en Nueva Orleans.
Bazzano explicó que fumar puede retrasar la vasodilatación, que es necesaria para una erección. Pero "eso no se aplica a hombres con problemas graves de erección", dijo Harte.
"Lo importante aquí, es que aun los hombres sin diagnóstico clínico (de disfunción eréctil) se beneficiarían si dejan de fumar", concluyó.