Un finalista que no ganó ningún partido, dos enfrentamientos (Uruguay vs. Perú y Paraguay vs. Venezuela) que se repiten en menos de 20 días... Dos de los principales motivos por los cuales la Confederación Sudamericana estaría contemplando la posibilidad de que la próxima edición del torneo, que se realizará en 2015, tenga cuatro participantes más. Esto además del probable cambio del país organizador, que se trasladaría de Brasil a México.
Ya en 1999, Uruguay había llegado a la final con una sola victoria (2-1 sobre Ecuador en la primera fase) y sin ganar ni en cuartos ni en semifinal. Y en los mundiales también se han dado casos parecidos: en Italia 90, Irlanda llegó a cuartos de final con cuatro empates.
Por estos motivos, una hipotética solución pasaría por sumar equipos y permitir que sólo dos de ellos clasifiquen a la segunda ronda, eliminando la chance de que una selección se clasifique mejor tercera con tres igualdades.
Con este hipotético formato,la Copa tendría, además de las diez selecciones de la CSF, seis de Norte y Centroamérica. También se evalúa si realizarse una eliminatoria entre los 40 conjuntos de la Concacaf (entre los que se encuentran Anguila, Aruba, Curazao, Guyana, Guayana Francesa, Islas Turcas y Caicos, Montserrat, San Cristóbal y Nieves y Saint Martin, por ejemplo), o si la confederación zonal designa a esa media docena de combinados nacionales de acuerdo al ranking de la FIFA.
"Más de una vez hemos hablado y pensado. ¿Para qué negarlo? Pero nosotros no tendríamos ningún inconveniente en que la Concacaf asumiera la presidencia de la primera etapa", ha asegurado el presidente de la Conmebol, Nicolás Leoz.
Por su parte Ramón Jesurún, vicepresidente de la Federación Colombiana, también observa con buenos ojos la posibilidad de un cambio en el sistema de la Copa América. "Uno tiene que entender que los sistemas cumplen ciclos, y el de la Copa América merece el estudio de una reingeniería, tendiendo a mejorar. Sería muy bueno fusionar la Copa Oro con la Copa América para hacer una gran Copa. El problema es que la Concacaf tiene 40 países miembros y la Conmebol, sólo 10, pero explorar el tema es una buena idea. Aunque por el momento éste es sólo un debate a nivel de la prensa, porque entre los directivos todavía no se habló", afirmó el dirigente del país cafetero.
No obstante, en agosto comenzarían las conversaciones lideradas por el presidente interino de la Concacaf, Alfredo Hawit, quien ocupa el cargo que dejó Jack Warner. Pero lo único que cambiaría no sería sólo el formato, sino que la sede pasaría a México en lugar de Brasil, nación a la que le correspondía la organización, teniendo en cuenta el sistema de rotación que comenzó a aplicarse en 1987.
Además, si se concretan estas variantes no pasaría lo mismo que sucedió en esta Copa, a la que México y Costa Rica bajaron a Sudamérica con equipos Sub-22 porque la Concacaf les prohibió llevar todo su potencial.
Sin embargo, ya existen dos inconvenientes sobre este asunto: el primero, el de la Copa Oro, que se juega en las mismas fechas y que debería moverse a los años pares para que coincida con los Juegos Olímpicos. El segundo, el económico: Estados Unidos y México buscarían tener más participación en televisión, mercadeo y entradas, ya que no es lo mismo invitarlos que tenerlos de socios. Esta última cuestión también entraría a estudio, y más cuando la CSF decidió que ésta será la última Copa América organizada por la empresa Traffic y que a partir de ahora asumirá directamente ese papel.
Para evitar que los actuales torneos regionales pierdan importancia, la Copa Oro seguiría entregando el cupo de la Concacaf para la Copa de las Confederaciones. En tanto, el lugar correspondiente a la Copa América sólo podría ser ocupado por un equipo de la Conmebol.