El mal llamado "labio leporino" es una malformación congénita. Se trata, en realidad, de una fisura de labio, acompañada muchas veces de otra en el paladar. En la Argentina, 1 de cada 600 niños nace con este problema, que puede subsanarse durante la gestación y que luego sólo se soluciona con cirugía y rehabilitación.
Lejos de ser sólo una cuestión estética, esta anomalía trae aparejados otros trastornos, como dificultades para comer y hablar y problemas auditivos.
Las fisuras de labio y paladar se encuentran entre los defectos congénitos más frecuentes, con una incidencia de 1,7 cada 1.000 nacimientos a nivel planetario. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada dos minutos y medio nace en el mundo un niño con un problema oral de este tipo.
Ricardo Bennun, director de la Asociación PIEL, sostuvo que las anomalías congénitas en conjunto constituyen la segunda causa de muerte perinatal en el país, con 396,8 fallecimientos de cada 100 mil.
En el caso de los tratamientos para subsanar estos problemas orales, los especialistas aseguran que en general se requiere de cirugía máxilofacial y rehabilitación para mejorar las capacidades del habla y otros aspectos del desarrollo integral. A través de la Asociación PIEL se operaron ya más de 2.000 niños, mientras que 800 se encuentran en terapia y seguimiento activo.
El diagnóstico prenatal es importante para iniciar un tratamiento adecuado y temprano, dentro de los primeros días de vida del niño.
¿Cuáles son las causas del labio leporino?
- Factores genéticos y ambientales.
- Alimentación inadecuada durante el embarazo.
- Consumo de alcohol o cigarrillos durante el embarazo.
- Consumo de medicamentos sin control médico durante el embarazo.
¿Cuáles son las consecuencias?
- Propensión a enfermedades auditivas (infecciones, pérdida de la audición).
- Dificultades para alimentarse en los primeros meses de vida.
- Propensión a problemas dentales (caries, desplazamientos de piezas dentales, dientes faltantes).
- Dificultades de relación y problemas en la escolarización.
¿Qué medidas pueden ayudar a reducir este tipo de malformaciones?
- El consumo de ácido fólico (400 microgramos diarios), una variante de la vitamina B que es fundamental en la formación de los tejidos y que previene además otros graves problemas congénitos, como la espina bífida.
- No fumar y evitar el alcohol durante el embarazo. En esta etapa, consultar al médico por la toma de medicamentos para enfermedades crónicas.
La Asociación PIEL junto a la empresa Colgate lanzaron por segundo año consecutivo una campaña solidaria para ayudar a los menores con "labio leporino". Por cada producto de esa marca que se compre se donará una parte a este organismo para colaborar con las operaciones a los niños afectados.