En total, 139 personas de origen indio cometieron suicidio entre 2010 y 2011 en la ostentosa capital árabe, donde los problemas con la integración laboral de los inmigrantes comienza a preocupar.
En los Emiratos Árabes Unidos, viven 1,75 millones de indios, cuya mayoría trabaja en obras de construcción. A pesar de ser uno de los países con mayor índice de desarrollo humano de Asia, muchos obreros cobran menos de 270 dólares al mes y acumulan grandes deudas. Las cargas horarias son excesivas y, en algunos casos, los empleadores retienen sus pasaportes para restringir su movimiento hacia otras ciudades.
Uno de los casos resonantes es el de Athiraman Kannan, un obrero de 38 años llegado de India a principios de 2000, que trabajaba en el Burj Khalifa de Dubai. Un día, dejó constancia de su hora de entrada, subió al piso 147 del edificio en el que estaba y se arrojó al vacío. Luego, se supo que con los 500 dólares que ganaba debía mantener a sus padres ancianos, esposa e hijo de 4 años, que estaba deprimido por los problemas económicos y que pidió licencia por dos días para visitar su país y reponerse, lo que fue negado por la empresa Arabtec.
Poco después de la muerte de Kannan, la embajada india en los Emiratos lanzó una campaña radial de tres meses en cinco idiomas para informar a los ciudadanos sobre una línea de asistencia directa y un centro de ayuda -el Centro de Rescate de Trabajadores Indios- con el fin de frenar la ola de suicidios.
A las 113 muertes del año pasado, se suman otras 26 en lo que va de este. Sin embargo, para la embajada, la tasa de suicidios entre trabajadores indios disminuyó desde 2008, con 147 muertes registradas, a 2010.
Desde hace mucho tiempo que los Estados del Golfo Árabe son criticados por los grupos de Derechos Humanos por las condiciones de vida de los obreros, que a menudo se encuentran apiñados en pequeñas habitaciones, compartiendo instalaciones básicas para vivir, cocinar e higienizarse.
De acuerdo con un informe de 2010 de Human Rights Watch, los gobiernos de Oriente Medio y Asia no alcanzan los estándares mínimos en lo referente a resolver los abusos hacia los trabajadores inmigrantes.
En los Emiratos, se implementaron reformas como la introducción de un receso de mediodía, la restricción del trabajo a la intemperie en los abrasadores meses del verano boreal y un sistema de protección salarial, pero no fueron suficientes.
Algunos problemas incluso comienzan en los países de origen de los trabajadores, donde son reclutados con falsas promesas de buena remuneración. La presión de tener que enviar dinero a sus familias, la distancias geográfica y el modo de vida se reflejan en la alta tasa de suicidios.
